Wanda Méndez/wanda.mendez@listindiario.com
Santo
Domingo, RD.- La maestra de la locución María Cristina Camilo nos abrió las
puertas de su casa, no solo para hablar de su experiencia al frente del
micrófono, sino también para revelar el secreto de su longevidad y de cómo se
mantiene lúcida, con carisma y energía, a sus 100 años.
Lo
primero que hizo fue precisar el año de nacimiento, puntualizando que nació en
el 1918, y no en el 1921, como se había escrito, en base a los datos que ella
tenía, pero explicó que luego, buscando en los libros, descubrió que fue
declarada de forma tardía, y que la correcta es 1918.
Hecha
esa aclaración, de inmediato pasa a dar la clave de cómo ha podido cumplir 100
años. “Soy una mujer que no toma nada
con alcohol, que no se trasnocha, a menos que sea por necesidad, llevo una vida
tranquila, sin vicios de ninguna especie, y más que todo confiada en los brazos
del Señor”, relata.
Se
define como una mujer de fe que hizo de ese amor a Jesús su norte. Por eso, ir
a misa todos los domingos es una prioridad. “Todos mis pasos siempre se los
encomiendo al Señor, nunca pensé que llegaría a los 100 años, pero por
supuesto, como los hilos de la vida los guía el Señor, el quiso que llegara a
esa edad y aquí estoy”, narró.
Afirma
que lo único que ha hecho es dar amor, por lo cual cree ha recibido lo mismo.
Aconseja amar a Dios, tener humildad y preparación. Y critica que se utilice el
micrófono para proferir insultos.
Jornada laboral
Aún
está activa en el ámbito laboral. Es la representante de los envejecientes ante
el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), donde asegura que está
dedicada a hacer felices a los adultos mayores que se acercan con cualquier
necesidad.
“Ahí
me siento feliz, paso mi mañana, vengo (a la casa), como, descanso, leo la
prensa, porque leo todos los periódicos que me llegan a la mano; en la tarde, disfruto
de la compañía de mi hijo, hablamos, disfrutamos, vemos televisión, y jugamos
carta blanca (juego de barajas solitario y
virtual), que es uno de los jueguitos que más me gustan, porque ejercita
la mente”, contó durante la entrevista en su residencia del ensanche Naco, en
el Distrito Nacional.
A
través del canal 4 realiza el programa “Abuelos 911, emergencia de amor”,
creado por el Conape, el cual se difunde los domingos, de 8 a 9 de la mañana.
Lleva médicos para que orienten sobre cómo estar en salud, y a artistas de
épocas pasadas para que los recuerden. Orienta también a los envejecientes
sobre sus derechos y obligaciones. “Yo trabajo y no trabajo, porque esa es una
distracción”, afirma.
Madrugadora
Se
levanta a las 5 de la mañana a orar durante una hora. Más tarde se integra a
labores en el Conape donde permanece hasta el almuerzo. Suele acostarse a más tardar a las 9 de la
noche, salvo excepciones. “Yo tengo una
agenda apretada, pero es que si no la tuviera creo que no me estuviera ahora
entrevistando”, acotó.
Considera
que con la edad se van limitando las actuaciones, por lo que entiende no debe
quedarse sentada en una mecedora, porque puede perder todas las facultades, y
no poder caminar ni hacer nada. De ahí que reclamó se eliminen las limitaciones
a los adultos mayores para acceder y permanecer en un empleo.
Su
sueño es construir un hogar para envejecientes, pero cree que solo es posible
si se sacara la lotería electrónica”.
“Yo
la juego con esa esperanza”, expresó. ?
PERFIL
Nació
el 25 de diciembre de 1918 en San Francisco de Macorís. Se casó a los 16 años, pero su matrimonio
duró poco y nunca volvió a casarse. Solo
tuvo un hijo, Danilo, quien le dio 4
nietos y 9 biznietos.
Su
primer trabajo como locutora fue en el 1948, en la Voz del Yuna, en la capital,
a los pocos días de trasladarse desde San Francisco, sin tener estudios de
locución, solo una buena dicción. Luego se graduó como locutora y actriz, y más tarde en comunicación social. Ha participado en 10 películas.
Ha
recibido varios reconocimientos, incluido el Gran Micrófono de Oro.
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