El
monseñor Carlo Alberto Capella (izquierda) habla con su abogado Roberto
Borgogno dentro de una corte del Vaticano.
Ciudad
del Vaticano
El Tribunal del Vaticano
condenó hoy a cinco años de prisión y una multa de 5.000 euros al sacerdote
Carlo Alberto Capella, exconsejero de la nunciatura en Washington, por posesión
e intercambio de material de pornografía infantil.
El juicio comenzó el viernes
y en menos de 48 horas el Tribunal ya pronunció un fallo.
El promotor de justicia
(fiscal) vaticano, Gian Piero Milano, había pedido una pena de cinco años y
nueve meses, y el pago de una multa de 10.000 euros, mientras que la defensa
había solicitado la pena mínima, sin detallar el número de años.
La Fiscalía vaticana
argumentó en la audiencia de esta mañana que Capella debía ser condenado porque
se había demostrado que poseía "una ingente cantidad" de material de
fotos y vídeos, y también dibujos manga, con imágenes de menores en actos
sexuales explícitos.
El promotor de justicia
vaticano pidió a los magistrados no distinguir entre las imágenes verdaderas y
los dibujos, pues en su opinión el contenido era lo realmente importante.
Los cargos que pedía era
posesión de pornografía infantil y cesión y transmisión de esas imágenes ya que
las había colgado en la red social Tumblr, una plataforma donde se pueden
conversar e intercambiar material audiovisual.
Capella consultó en
diversas ocasiones estos contenidos, por última vez en octubre de 2017, según
la acusación, por lo que dijo que en este caso no se estaba hablando de
"una captación casual de material" de esta naturaleza.
La Defensa por su parte
rechazó que el Tribunal vaticano pudiera aplicar el agravante de "ingente
cantidad" de imágenes de pornografía infantil, porque argumentó que tenía
alrededor de unas cuarenta y, en por ejemplo en la ley italiana este concepto
implica más de un centenar.
La Defensa consideró que
los comportamientos de Capella "no son señal de cierta peligrosidad sino
de un problema psicológico" y para demostrarlo adjuntó un informe que
explicaba que Capella "no ha revelado tendencias a pedofilia o parafilia,
sino que" sufre ""problemas de tipo psicológico relativos a su fragilidad".
Capella tuvo oportunidad
de dirigirse al tribunal antes de que se fuera a deliberar y dijo que estaba
arrepentido y que esperaba que esta situación fuera considerado un incidente en
el camino de su vida sacerdotal.
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