¿Por
quién habla Chu?
Orlando
Gil/ORLANDO DICE
LAS
PREGUNTAS.- Habría que preguntarse si Jesús Vásquez
-Chu- actúa por su cuenta o a nombre del grupo de compañeros que lo apoyó en la
pasada convención del PRM. Igual habría que preguntarse si consultó con los más
relevantes, como Milagros Ortiz, Eligio Jáquez y Orlando Jorge. La impresión
que se tiene es que Vásquez es una especie de Llanero Solitario disminuido, sin
máscara, ni caballo blanco y sin la compañía de Toro. Hasta ahora nadie valida
sus reclamos y mucho menos se atreve a ir tan lejos y demandar la anulación del
proceso. Se sabe que hubo irregularidades, todas previsibles, pero si el PRM,
fuera la Comisión Nacional Organizadora o la Dirección Ejecutiva, dejara sin
efecto el escrutinio, para cantarse el réquiem no habría que ir a iglesia. No
es que la consulta fuera razón de ser, pero se imponía la institucionalización,
y como paso previo la renovación de su directiva, creando una plataforma para el relanzamiento del partido.
Lo que quedara mal, y fue mucho, obligaba a por lo menos corregir las
expectativas. Aunque ninguna carga tan grande que no pudiera arreglarse en el camino, y mucho
menos en un universo político tan acostumbrado a las componendas fuera de
juego. Ante las potencialidades que se atribuyen, y todas de inminente futuro,
lo oportuno era lamerse las heridas entre casa.
IRREDUCTIBLE,
ENCONADO.- La irreductible posición de Jesús Vásquez -Chu-, y su
enconado reclamo de la que se anule la convención, llevaban a sospechar que
encabezaba una conspiración de muchas cabezas. Sin embargo, parece que no.
Ninguno de sus antiguos compañeros lo llama públicamente a la prudencia, o lo
emplaza a deponer su actitud, por los riesgos implícitos, pero sí se le hace
saber en la intimidad que su vía no es la más acertada. Se le aconseja que no
lleve hasta las últimas consecuencias su enfrentamiento con el liderazgo mayor del partido. Que de seguir en
ese ánimo se quedará solo y sacrificará lo que políticamente tiene conseguido
hasta ahora. Pues hay lo siguiente. Hay compañeros de niveles altos y medios
que se resienten ante la posibilidad de perder los puestos que ganaron en buena
lid. Una vicepresidencia nacional, o una presidencial local, o una
subsecretaría general es rango significativo para el dirigente o miembro que no
aspira por el momento a nada superior. El mensaje le estaría llegando de manera
directa y personal o como recado de terceros. Incluso de modo amable, aunque
otros se dejan marear con humo ajeno y lo descalifican con una metáfora
dolorosa. Le dicen que no tiene pico y pala suficientes para hacer de sepulturero
del Partido Moderno.
LAS
MOTIVACIONES.- Jesús Vásquez -Chu- da explicaciones a
los compañeros que quieran oírlas y ninguno niega propiedad a sus motivaciones,
aunque entienden, y le dicen, que por esas ocurrencias no hay que llevar la
situación a extremos. Públicamente afirma que hubo vicios, pero también
“acuerdo espurio”. Lo primero se acepta, y se comprueba en las decenas de
quejas o recursos ante la Comisión Nacional Organizadora. Lo segundo es otra
cosa. El acuerdo entre Luis Abinader e Hipólito Mejía no puede ser falso ni
fingido ni mucho menos bastardo. Existe,
y no fue concertado a espalda de nadie, sino todo lo contrario: delante de
todos. Además de legítimo y con resultado. José Paliza es presidente del PRM y
Carolina Mejía secretaria general. Y ni antes ni después se pone en duda ese
cometido. ¿Acaso no se dice que la unión hace la fuerza?, pues esa unión de
Abinader y Mejía fue que produjo la fuerza que favoreció a Paliza y a Mejía.
¿Cómo puede explicarse o aceptarse que la fuerza de Mejía dentro del PRM es
espuria cuando respalda a su hija Carolina y no cuando endosó a su compadre
Jesús Vásquez -Chu-? La argumentación resulta pobre y no convence ni a sus
aliados. Los mismos que aprobaron su causa, y no por él, sino por la
oportunidad de cobrársela al exmandatario.
SE
VERÍA MAL.- ¿Adónde llevará el encono a Jesús Vásquez
-Chu-? Los resabios nunca han sido buenos consejeros y nadie con rabietas de
niño podrá alcanzar posición política de
importancia. No se conocen públicamente las diligencias que de manera
unilateral o mancomunada hayan hecho los principales líderes para convencerlo
de que deponga su actitud y deje al PRM salir a camino. Se habla de
ofrecimientos y se menciona el invento
de la Presidencia Ejecutiva. Pero si se recuerda bien, eso fue antes de la
convención, y no como premio de consolación, sino en reconocimiento a la labor
realizada. Un honoris causa para Vásquez, pero igual para Andrés Bautista. Con
Bautista no se sabe, se retiró de la contienda en la víspera, se mantuvo de bajo perfil y reapareció ahora
con ánimo conciliador. El conflicto de los diputados seguidores de Hipólito
Mejía se resolvió de manera admirable y fue una ejecutoria de su presidencia.
Vásquez, por su lado, quiso profundizar la diferencia, y en vez de mano de
seda, quiso que se utilizara manopla. ¿Cómo darle ahora la presidencia
ejecutiva? Le haría daño a la situación, la agravaría, pues habría que ampliar
el reparto, y por igual afectaría al partido y al propio Vásquez, ya que se
estaría negociando estatus y de por medio todo un chantaje. LD
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