Hediberto
Pichardo.MA
Los países que adoptan por
norma violar sus propias leyes e irlas cambiando paulatinamente nunca podrán
alcanzar el pleno desarrollo.
La frase anterior luce
como si se tratara de una sentencia, pero es una realidad. Existen una gran
cantidad de ejemplos que sirven para ratificar lo que se ha señalado. Uno de
esos ejemplos de naciones que por el contrario si cumplen sus leyes y normas lo
constituye Estados Unidos, la primera nación en alcanzar su independencia en el
continente americano y la primera en adoptar una constitución. Una vez que
proclamo su constitución en 1787, los preceptos establecidos en el texto
original permanecen. Cada cierto tiempo se crean enmiendas para agregársele de
acuerdo a las nuevas circunstancias.
En nuestra nación, el
texto sagrado que debe ser la constitución ha sido objeto de múltiples reformas,
las cuales en su inmensa mayoría se han realizado para satisfacer intereses
personales del mandatario de turno. Así tenemos que la primera constitución
proclamada en 1844 fue modificada 10 años después en 1854 en dos ocasiones ese
mismo año, la primera en febrero y la segunda en diciembre. Esto de por si es
un caso insólito. Cierto es señalar que debido a los afanes de la guerra de
independencia se hizo la primera constitución al vapor y no se pensó en crear
mecanismos que dificultaran su posterior modificación.
La constitución que más
tiempo ha durado en vigencia ha sido la de 1966, realizada durante el periodo
de los llamados 12 años de Balaguer, la cual modifico a la constitución de Juan
Bosch de 1963, que ha sido considerada como la más democrática que ha tenido la
nación dominicana. Pues bien la carta magna de 1966 se mantuvo en vigencia
hasta 1994, a pesar de ser una ley sustantiva que beneficiaba enormemente al
poder ejecutivo por encima de los otros dos. Esa constitución de 1966 permitía
la reelección de manera indefinida y a pesar de que el PRD, que adopto la no
reelección estuvo en el poder por 8 años de manera consecutiva desde el 1978
-1986 no la modifico.
La reforma constitucional
de 1994 que prohibía la reelección presidencial se mantuvo en vigencia hasta el
2002, es decir durante 8 años. Debemos recordar que en esa ocasión gobernaba la
nación Hipólito Mejía con el PRD y este mandatario aprovechando que su partido
obtuvo una inmensa mayoría en las elecciones congresionales del 2002 procedió a ordenar la modificación y
restablecer la reelección presidencial.
En el 2010 se modifica
nuevamente la constitución y se estableció la no reelección presidencial.
Aunque usted no lo crea en el 2014, es decir 4 años después volvimos a
modificar la constitución de la republica para permitir la reelección del
actual mandatario Danilo Medina Sánchez.
En los actuales momentos
escuchamos diversos rumores que indican que los seguidores del presidente
Medina pretenden modificar la carta magna para garantizarle al estadista una
segunda reelección presidencial.
Esta es una nación en
donde la actividad política compite con el pasatiempo favorito, juego de
beisbol. Creemos que no es prudente hablar de ese tema cuando el mandatario
apenas lleva un año de su segundo mandato y más aun cuando la constitución
actual lo prohíbe.
En países como este, con
grandes debilidades institucionales lo más sano seria copiar el modelo
norteamericano, donde a un presidente se les permite solo una reelección y
luego se retira a su vida privada.
Debemos aspirar a que el
presidente Medina realice una labor extraordinaria como la que hizo en su
primera gestión de gobierno, donde se lograron importantes conquistas para la
grande mayoría. No se ve bien que cuando apenas lleva su primer año de su segundo
mandato ya estén algunos funcionarios en aprestos reeleccionistas. Funcionarios
que al fin y al cabo solo piensan en sus
apetencias personales sin tomar en cuenta estar realizando modificaciones al
vapor a nuestra carta magna.
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