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República Dominicana y la problemática de la vivienda

lunes, 25 de septiembre de 2017

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por: Geraldo Fernández
Todo dominicano tiene derecho a una vivienda digna con acceso a los servicios básicos esenciales, así lo consigna el artículo 59 de nuestra constitución. La Estrategia Nacional de Desarrollo (Ley 1-12) establece en su objetivo 2.5.1 que el Estado debe facilitar el acceso de la población a viviendas económicas, seguras y dignas, con seguridad jurídica y en asentamientos humanos sostenibles, socialmente integrados y que cumplan con los criterios de adecuada gestión de riesgos y accesibilidad universal para las personas con discapacidad físico-motora.
La vivienda fortalece la identidad y el arraigo y en términos colectivos favorece la cohesión social y el desarrollo, adquirir una vivienda es sinónimo de promoción social, se entiende que la vivienda es un recinto habitado por seres humanos, delimitado por paredes, techo y acceso independiente al medio que se constituye en un bien fundamental para el cobijo, sociabilidad e integración de la familia, la comunidad y la sociedad en general, es también un área prioritaria para el desarrollo nacional y un derecho humano fundamental.

El Estado Dominicano está consciente de la importancia del tema para el desarrollo de la nación y trabaja mucho en ese sentido, sin embargo el déficit de habitacional ronda los dos millones de unidades y aumenta 55,000 cada año, de este déficit más del 60% corresponde a viviendas que solo requieren algún tipo de mejora o dotación de servicios (déficit cualitativo) y el restante 40% representa las unidades que se tienen construir (déficit cuantitativo).
La Ley para el Desarrollo de Mercado Hipotecario y Fideicomiso (189-11) es un paliativo para la disminución del déficit cuantitativo pero hasta ahora los proyectos desarrollados a su amparo están orientados a la clase media-media dejando fuera de sus beneficios a la clase media-baja cuya capacidad de compra solo llega al 30% del costo promedio de la oferta actual más accesible que anda rondando los tres millones de pesos por unidad y si hablamos de la vivienda social dicha ley no representa un instrumento práctico quedando esta responsabilidad totalmente en manos del Estado.
Al observar las estadísticas de las razones del déficit habitacional nos encontramos con que un 6% de las familias dominicanas no tienen vivienda propia por no ser sujeto de crédito o crédito negativo, un 32% por los elevados costos en la oferta actual y un 60% por bajo poder adquisitivo lo que plantea un escenario muy complejo para el Estado pues significa que a este le tocaría subsidiar prácticamente el acceso a la vivienda de casi millón y medio de familias, algo improbable para nuestra realidad económica.
Realmente la problemática del déficit habitacional es sumamente compleja pero no solo para nuestro país sino para toda la región, actualmente en América Latina y El Caribe una de cada tres familias habita en una vivienda inadecuada, construida con materiales precarios o carentes de servicios básicos, esto es 59 millones de personas.
Para paliar el déficit habitacional de manera efectiva se deberían construir alrededor de 21,000.00 unidades anuales y actualmente solo se construyen 5,000.00 y de estas menos del 10% corresponde a la vivienda subsidiada que se destina para los sectores más empobrecidos que es donde la problemática se agrava pues se suma el componente de la marginalidad y vulnerabilidad, para atender esta demanda el Estado debería quintuplicar la inversión en programas de vivienda pública.
Las características de nuestras zonas más empobrecidas dificultan la implementación de políticas públicas destinadas a disminuir el déficit habitacional a través del acceso al crédito pues al ser asentamientos vulnerables es imposible proceder con programas de titulación, uso mixto de la tierra, permutas o reingeniería urbana. Cada intervención que se proponga realizar el Estado parte de la reubicación de cientos de familias a lugares seguros lo que multiplica exponencialmente el costo de la inversión (ver casos Boca de Cachón, La Nueva Barquita, Domingo Savio, etc).
El Estado debe abocarse de manera urgente al diseño de una política habitacional efectiva que partiendo de un marco legal realista cree las condiciones para paliar el déficit, esta política debe definir niveles de acceso a la vivienda, financiación, subsidios, incentivos, plazos, metas y crear una unidad coordinadora y ejecutora que ponga fin a la dispersión de funciones y a la multiplicidad de agendas como primer paso hacia una solución definitiva a tan grave problema, retrato de las fallas históricas de nuestro sistema.


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