"Arquitecto, fíjese que
aquí todo tiene un portal, una entrada" me dijo alguien con una increíble
y finísima capacidad para captar detalles y sacar conclusiones generales en
tres segundos, entonces abrí los ojos del alma para ver y sentir la ciudad
china antigua que conocimos en los libros de la escuela de arquitectura,
Wikipedia y algunas postales.
"No me sorprende"
dije al entrar a la Ciudad Prohibida olvidando que "no sorprender" es
una de las teorías chinas más antiguas en el manejo del poder, porque de lo que
se trata es de absorberte, asimilarte, observador observado, cazador cazado, de
manera silente y subliminal , lo mismo me sucedió en el Templo de Cielo y en
cada palacio imperial de Tiananmén, en la Gran Muralla y en las ciudadelas de
provincia...no me sorprende, me repetí, mientras comenzaba a sentir la presión
del universo sobre mi existencia.
En la ciudad china antigua
aparecen de manera implacable los conceptos de orden, simetría, ritmo,
proporción y escala, los edificios casi siempre se organizan alrededor de un
patio central o un templo respondiendo a la idea de centralidad, el centro es
atravesado por múltiples ejes que se repetirán en todo el conjunto. No hay
cabos sueltos, un elemento responde a otro aunque hayan sido construidos con
diferencia de cientos de años.
Tal parece que la estructura
mental y la esencia del "ser chino" toma forma material en sus
ciudades, por eso a pesar de que una cosa siempre se parecerá a la otra no se
puede considerar monotonía sino como una constancia de la perfección, la
estandarización de una proeza artística y científica, cada detalle, cada
pórtico, puerta, techo, columnata, puente, escalinata o jardín se parece a la
anterior sin ser lo mismo.
La milenaria ciudad china
aparenta en calma pero en realidad es un vibrante espectáculo de poder, una
ostentación disimulada, un ruidoso silencio, una poderosa corriente bajo una
capa de hielo, no ha cambiado en miles de años pero tu cambiarás en cada portal
que traspases, tu visión de la vida jamás será la misma.
Arq. Geraldo Fernández
08 Julio 2017
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