Comencé a conocer a Jesús Vásquez
Martínez, ha mediado de los años 70, y a partir del 1979 me encuentro junto con
él en las filas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Desde ahí el trato
y mi acercamiento a él, me permitieron apreciar su innata inteligencia y
capacidad de convertirse en un verdadero líder político, pues también contaba
con valores humano, tales como la solidaridad, honestidad y su visible temor a
Dios, entre otros valores inculcados en su hogar por sus extintos padres Doña
Elena Martínez Florimon y Chichí Vásquez. Ya para el año 1982 al nacer mi
primogénito hijo José Ariel, mi esposa y yo lo elegimos a él y a la Sra. Luz
Taveras de Tavares, para que fueran los padrinos, puesto que, ya nuestra
amistad y compañerismo estaban fuertemente unidas. Compartí junto a él grandes
jornadas políticas, victorias y derrotas, el nacimiento de cada uno de sus
hijos, de Elenita, Diandra y Estarlin. Cuando me tocó en 1991 emigrar hacia los
Estados Unidos (New York), tuve el privilegio de recibirlo y acompañarlo en las
tareas proselitista y de ir fortaleciendo su ascendente liderazgo.
Al sucederse el
acontecimiento más relevante de mi vida el día 6 de abril del 2010, que fue mi
encuentro personal con Cristo, 3 días después, muy próximo a las elecciones
Congresuales y Municipales, y habiendo sido electo por las bases del partido,
renuncio de mi condición de dirigente militante de esa organización. Esto
provocó que nos distanciáramos un poco, pero nuestra amistad se mantuvo firme.
Hoy le ha tocado enfrentar las especulaciones que se han vertido en su contra,
han hecho juicios a priori con tal de desmoralizarlo, sin esperar siquiera si
de verdad será imputado, y de serlo que lo dudo, demostrar su inocencia.
El veneno de sus adversarios
y la maldad que lamentablemente se conjuga en la actividad política, estoy
seguro que no lograrán arrastrar a un hombre, que en toda su trayectoria de su
vida ha exhibido la pulcritud en su accionar, al descrédito y por ende a su
derrota moral y política.
Compadre Chu, lo hemos puesto
ya en oración en manos del Justo juez, quien no juzga por las apariencias, si
no, por lo que hay en el corazón y reciba siempre de mí y mi familia, el abrazo
de solidaridad y confianza que siempre le hemos dispensado. Dios le bendiga y a
Divina ¡feliz día de Las Madres!.
NOTA:
EL
MIÉRCOLES, 23 DE JUNIO DE 2010, JOSE BARTOLOME CRUZ (EL CHE), ESCRIBIO ASI PARA
PRENSA LIBRE NAGUA CON RELACION A JESUS VASQUEZ MARTINEZ
¡CHÚ
TAMBIEN GANÓ!
PUBLICADO
POR PRENSALIBRENAGUA.BLOGSPOT.COM
Por:
José B. Cruz (El Che)
Aunque en esta oportunidad
electoral, Chú Vásquez no fue favorecido por la dicha que durante 4 periodos
consecutivos le acompañó; para mí también ganó ahora.
Estoy seguro que a medidas
que vaya discurriendo el tiempo, el mismo Chú comprenderá que lo mejor que le
pudo pasar personalmente, fue haber sido alejarse de las ocupaciones del
Congreso Nacional en su condición de Senador de la República, en esta
oportunidad.
Chú, poco a poco llegará a
la convicción de que lo que ganó ahora ha sido uno de los más grande tesoro de
la vida “El Tiempo”, sí, el tiempo para compartirlo o dedicárselo a su familia,
que después de Dios es lo más sagrado que existe; el tiempo para meditar y
ubicar sus errores y para tener la decisión de no repetirlo; el tiempo para
pernotar con sus leales amigos de siempre; el tiempo para recordarse y
encausarse por el camino que cuando era niño, caminó junto a su difunta madre
Doña Elena, el hermoso camino hacia Dios; el tiempo para disfrutar su merecida
pensión senatorial; el tiempo para que aquellos que finalmente no valoraron sus
condiciones humanas y sus logros con mucho afán por el desarrollo de nuestra
provincia, tengan la oportunidad de en estos 6 años fuera del senado, hacerse
la justa valoración de él; el tiempo para ejercer su vocación de agricultor y
de disfrutar los bienes adquiridos; el tiempo para dedicarse a su
responsabilidad política en las 14 provincias del Cibao.
A Jesús Vásquez (Chú) con el
cual he compartido parte de los mejores años de mi juventud y mi incondicional
lealtad, atraído y apegado a él por su alta vocación de servir a la gente, sin
importar credo ni color político, con sus defectos y virtudes, con sus errores
y aciertos, siempre será mi compadre, amigo y hermano.
Por ser yo uno de su más
viejo colaboradores puedo testificar que han sido muchas las personas que
gracias a su altruismo, consiguieron el techo que no tenían, la salud, defensa
en la justicia, el pan para comer, entre otras cosas de vital necesidad para
los seres humanos.
El se va del senado dejando
su legado digno de imitar por su sucesor, de nacer para servir, y su record
provincial de haber sido electo senador por 4 períodos consecutivos.
Finalmente, “El tiempo” que
ganó ahora le dirá mañana si lo hizo bien o si lo hizo mal, todo es cosa del
mismo tiempo, él se encargará de evaluar todas sus acciones y si se merece
alguna recompensa, luego se la dará en su justa dimensión.
¡Muchas Gracias!
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