La ciudad moderna no es
una idea novedosa, este tipo de organización urbana surge en el siglo XVI como
evolución de la ciudad medieval y como un producto de las ideas renovadoras del
periodo histórico conocido como Renacimiento, sus características se pueden
resumir en su forma geométrica regular, sus calles en damero o cuadricula, las
plazas de armas franqueadas por los edificios públicos o religiosos y la
persistencia de la muralla ya no como mecanismo de defensa sino como barrera
social.
Este orden urbano es
reproducido en todas las ciudades coloniales de América tras el descubrimiento,
la nuestra es el mejor ejemplo.
La ciudad moderna existió
sin grandes mutaciones hasta la llamada Era de la Revolución (1776-1848) donde
la aceleración de los procesos económicos, sociales, políticos y la aparición
de la industria transformaron las sociedades estimulando la migración urbana
aumentando la población de las ciudades y provocando la aparición de los
primeros suburbios, ghettos, barrios y cinturones de miseria, mas adelante en
1900 la capacidad de producción masiva que había alcanzado la industria
automotriz dio el golpe mortal a la ciudad idealizada por los europeos que
habían superado la Edad Media, en ese momento inicia la agonía de más de 100
años de la llamada Ciudad Moderna.
Al llegar a la mitad del
siglo XX los usos básicos de la ciudad como habitar, trabajar y circular se
habían degradado en gran medida, sus funciones políticas, administrativas,
económicas y sociales habían mutado a un orden generador de caos y de
habitantes individualistas, la dependencia del automóvil ya copaba las calles y
avenidas franqueadas por grandes barrios de crecimiento descontrolado, todo
esto colocaba nuevamente en las mentes especializadas más deslumbrantes del
siglo pasado la idea de un cambio, una nueva ciudad, la ciudad post-moderna,
una ciudad humanizada y humanizante.
Como se puede ver la
ciudad moderna es un modelo fracasado que nos ha dejado un legado de problemas
complejos y muy difíciles de erradicar, la búsqueda de una alternativa ha
producido movimientos muy interesantes como "The New Urbanism" una
apuesta por una ciudad ubicada entre la ciudad jardín y la ciudad moderna
tomando lo mejor de cada una donde se prioriza el habitante desde un enfoque
sostenible e integral creando para el un espacio urbano arborizado, verde,
saludable, socializable y socializante sin ignorar la importancia del automóvil
y la tecnología para la vida contemporánea, busca devolver la ciudad al
ciudadano, un ejemplo cercano es Curitiba en Brasil.
A este modelo de
convivencia y organización lo podemos llamar "La Ciudad Prometida" e
involucra una ruptura total con las prácticas fracasadas del pasado que hoy
persisten y que nos van dejando sin hábitat, sin espacios públicos, sin áreas
verdes, sin lugares para que los niños jueguen, para que caminemos, para que
nos acerquemos unos a otros, ese tipo de ciudad enfocada en la gente y sus
necesidades debe ser la apuesta porque lo mejor de todo es que es posible
construirla.
Por: Geraldo Fernández
09 Diciembre 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario
PrensaLibreNagua se reserva el derecho de no publicar comentarios de contenido ofensivo.