martes, 29 de noviembre de 2016

Una cadena de errores causa la tragedia en Colombia del avión del Chapecoense

Habló el dueño del avión de LAMIA: tomó distancia de la tragedia y le echó la culpa a "un rayo"
Las primeras hipótesis sobre la caída del avión que trasladaba a Chapecoense
BOGOTÁ.EFE, 29 NOVIEMBRE 2016.- ¡Estaban condenados! La delegación del club de fútbol Chapecoense debió llegar el lunes en la tarde a Colombia procedente de Sao Paulo en un Airbus 320 fletado y por una desautorización de la autoridad aeronáutica brasileña tuvo que hacer escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y embarcarse allí en un avión que, hoy se sabe, tiene una autonomía de vuelo limitada.
Allí comenzó la terrible cadena de errores que terminó con una tragedia aérea que costó la vida a 75 personas, a la que sobreviven seis y que ha enlutado especialmente al mundo del deporte y el periodismo.
Aviones del tipo Airbus 320, como el que no pudo finalmente contratar el Chapecoense para viajar hasta la ciudad colombiana de Medellín desde el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, tienen una autonomía de vuelo de más de siete horas.

La Agencia de Aviación Civil (ANAC) de Brasil desautorizó la partida del Airbus de ese país para cumplir el trayecto directo hasta Medellín, lo que obligó a la delegación a utilizar un Plan B.
La misma aeronave los condujo hasta Santa Cruz de la Sierra para fletar una aeronave de la empresa de chárter Lamia (Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación), una compañía anónima de capital venezolano nacida en 2009 en el estado de Mérida, aunque opera desde Bolivia.
Las leyes aeronáuticas establecen que los vuelos privados deben tener matrícula del país desde que se parte o al que se llega.
Horas después, partieron desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, de Santa Cruz.
La travesía duraría unas cuatro horas y la delegación debería llegar a su destino antes de la medianoche en el avión de la compañía LaMia, un RJ100 cuya fabricación británica data de los años 90 y que es llamado así en el ámbito aeronáutico por tratarse de un ‘Regional Jet’, es decir, un aparato diseñado para cubrir distancias cortas.
Su avión siniestrado estaba al mando del capitán Miguel Quiroga, dueño de la empresa de Charter, y el mismo que transportó hace 18 días a la selección argentina desde Belo Horizonte a Buenos Aires, tras jugar un partido de las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018.
Este “Regional Jet” trasladó para jugar a domicilio partidos de la Copa Sudamericana al colombiano Atlético Nacional, el rival al que el Chapecoense ya no le podrá cumplir la cita en la final del torneo.
Expertos en seguridad aeroportuaria consultados hoy por Efe, que hicieron todo este detallado relato, no se explican cómo esta aeronave fue empleada para cubrir la distancia de 2.265 kilómetros aproximadamente que separan a Santa Cruz de la Sierra y el aeropuerto José María Córdova de Medellín, situado en el vecino municipio de Rionegro.
Es casi la misma autonomía de vuelo que tienen los RJ, como el siniestrado hacia las 22.00 hora local del lunes (03.00 GMT del martes) a pocos kilómetros de su destino, en el cerro El Gordo.
Las fuentes consultadas coinciden en recordar que hace unos veinte años aviones como estos fueron devueltos a su fabricante por la extinta compañía aérea SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín).
Por entonces, los directivos de SAM, que en 2010 se fusionó con Avianca, argumentaron que eran de bajo rendimiento, pues apenas llegaban a Aruba y Curazao, y no tenían capacidad de ir hasta Miami.
“Los protocolos de seguridad aeronáutica plantean que una aeronave debe tener suficiente combustible para llegar a su destino, pero también, para experimentar una espera eventual y, además, para ir a aeródromos alternos, en caso de presentarse una emergencia”, declaró a Efe un directivo de la Aeronáutica Civil de Colombia.
Otro eslabón de la cadena de errores que terminó por condenar a la muerte a siete de los nueve tripulantes y a 68 de los 72 pasajeros del avión de Lamia de matrícula CP2933 no ha sido divulgado aún por la Aerocivil.
A la misma hora en que se aproximaba a su destino, se presentó una emergencia en el aeropuerto de Rionegro.
Un avión Airbus 320, el mismo que fue negado a los brasileños para cumplir su cita con el Atlético Nacional en el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana, recibió prioridad para aterrizar por evidenciar una fuga de combustible.
La nave de la aerolínea Viva Colombia venía procedente de Panamá y logró sortear sin más problemas su incidente.
Entretanto, el RJ85 de Lamia, que llegaba con el combustible justo, quedó incorporado en espera, un estado en el que la aeronave se mueve en un radio definido hasta recibir la orden de aterrizar o trasladarse a un aeródromo cercano.
Los especialistas que han iniciado hoy las investigaciones sugieren que el piloto del avión boliviano también debió informar de inmediato a la torre de control de su situación, un procedimiento que se conoce como “solicitar vectores”, es decir, pedir la ruta más rápida para aterrizar en el aeropuerto de destino.
Al desconocimiento de la situación por parte de los controladores, que nunca recibieron la declaración de emergencia, siguió el desconcierto absoluto.
Sin combustible, se generaron los problemas eléctricos, porque se apagaron los generadores.
Esto explica por qué no explotó el aparato al desplomarse en el agreste cerro El Gordo.

Habló el dueño del avión de LAMIA: tomó distancia de la tragedia y le echó la culpa a "un rayo"
Ricardo Albacete se despegó de la operación de la compañía en Bolivia y sugirió que el accidente se debió a causas climáticas.
Ricardo Albacete, el dueño de LAMIA
El fundador de la aerolínea LAMIA y dueño del avión siniestrado en Medellín, Ricardo Albacete, tomó distancia de la operación actual de la compañía aérea pero dijo que la aeronave que cayó cerca de Medellín podría haber sufrido un desperfecto a causa de un rayo.

Desde España, donde vive ahora, Albacete dijo estar "muy afectado" por el accidente del avión en el que viajaba el plantel del Chapecoense y sostuvo que podría deberse a que una "tormenta eléctrica" haya hecho que un rayo caiga sobre el aparato y "apague" su sistema eléctrico. "No se sabe si lo agarró un rayo y lo apagó", dijo Albacete al sitio español El Confidencial.
Albacete fue el fundador de LAMIA, la empresa que nació en Mérida y luego mudó a Nueva Esparta, sin lograr su despegue en ninguno de esos estados venezolanos.  Finalmente, hace dos años, Alabecete trasladó sus tres aeronaves a Bolivia, donde comenzaron a volar como aviones de alquiler.
"No somos accionistas ni empleados de LAMIA Bolivia, sino de LAMIA Venezuela; dejamos el mismo nombre para no perder la pintura del avión; nosotros somos los que les arrendamos a ellos los aviones, pero el avión es operado por la empresa boliviana", buscó desligarse el dueño de las tres aeronaves, de las que sólo estaba en operaciones la que cayó en la noche del lunes en Colombia.
Albacete también buscó separarse del empresario chino Sam Pa, arrestado en su país como parte de las investigaciones por corrupción en la cúpula el Partido Comunista. Sam Pa participó de una trama multimillonaria de negocios oscuros con la minería y el petróleo en África. Con la asistencia de Albacete, compró un astillero en Galicia. El propio Albecete admitió en una entrevista que el capital inicial para crear LIMIA se lo cedió su "amigo" chino. Pero hoy afirma que "al final no se concretó nada".
Desde que comenzó a operar en Bolivia, LAMIA ha llevado a muchos planteles de fútbol en sus viajes por el continente. El último fue el que le costó la vida a casi todo el plantel del Chapecoense.

Las primeras hipótesis sobre la caída del avión que trasladaba a Chapecoense
Una falla eléctrica combinada con la falta de combustible es la conjetura que manejan los investigadores a horas del accidente.
El avión perdió contacto con la torre de control a 50 kilómetros del aeropuerto (AFP)
Mientras los rescatistas continúan su trabajo en la zona a más de 12 de horas del accidente y los operativos de remoción de los restos del avión durarán varios días, se comenzaron a conocer las primeras conjeturas que afirman que la combinación entre la falta de combustible y un desperfecto eléctrico pudo haber desencadenado el trágico accidente en el que fallecieron 71 personas y sobrevivieron seis por la caída del avión que trasladaba al plantel de Chapecoense de Brasil.
El vuelo tenía previsto aterrizar en Medellín a las 3:33 de la mañana colombiana, pero a 50 kilómetros del aeropuerto la torre de control perdió contacto con la aeronave Avro Regional Jet 85, perteneciente a la aerolínea Lamia Corporation de Bolivia, con matrícula CP2933.
Por entonces el avión volaba a unos 15 mil pies de altura –más de 4 mil metros– por el Cerro Gordo, en el Municipio de La Ceja, Antioquia, sitio en el que se encontraron los restos y la caja negra, la cual analizarán "lo antes posible", según informó el ministro de Transporte de Colombia, Jorge Eduardo Rojas.
A más de 12 horas del accidente, las tareas de rescate continúan (AP)
A la espera de una comunicación oficial por parte de los investigadores, la primera hipótesis hace hincapié en un desperfecto eléctrico y la falta de combustible.
El piloto habría comunicado a la torre de control de Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro un falla en los circuitos eléctricos, por lo que decidió evacuar todo el combustible para evitar un incendio ante un posible aterrizaje forzoso, según informó el diario español El Mundo.
Mientras hacían frente a los problemas técnicos de la nave, la tripulación pidió prioridad para aterrizar y recibió el visto bueno por parte de los operadores del aeropuerto. En ese mismo momento otra aeronave proveniente de Panamá de la compañía colombiana Viva Colombia, que se encarga de los vuelos de bajo costo, lanzó una alerta de emergencia para descender ante una pérdida de combustible, según especificó Caracol Radio.
El alerta de una emergencia tiene un nivel de importancia mayor que el lanzado por el de la compañía boliviana, por lo que la torre de control le habría concedido la prioridad al otro vuelo, pidiéndole a la aeronave que trasladaba al Chapecoense que realice algunos giros para hacer tiempo y así conseguir el permiso para aterrizar.
Once minutos después del llamado a la torre de control, se perdió la comunicación. Había dado dos vueltas en círculo al Valle de San Nicolás. La nave se precipitó en ese momento y provocó la tragedia por razones que buscan esclarecer los encargados de la investigación, que recibirán colaboración de especialistas de Gran Bretaña.
El ministro de Turismo advirtió que la torre de control actuó de manera correcta y la principal hipótesis ante eso quedó centrada en una falla en el cálculo que realizó el piloto del avión sobre la autonomía de la nave.
Las tareas de investigación se complicaron por el sinuoso terreno (AP)
Según el sitio web Flytracker, la nave tenía combustible para recorrer 2.965 kilómetros y alcanzó a transitar una distancia de 2.975 kilómetros, excediéndose por 10 kilómetros en el cálculo inicial. Aunque todavía no logran esclarecer si el desperfecto eléctrico fue ocasionado por esa insuficiencia o si este problema fue el que obligó a transitar más kilómetros, dejando desprovisto al vuelo de Lamia.
"Todo lo que quedó del fuselaje tiene ADN. Cualquier parte que se encuentre nos va a decir lo que realmente pasó con este avión", explicó a Infobae Carlos Rinzelli, piloto de Austral.

Por su parte, Ricardo Albacete, fundador de Lamia y dueño del avión siniestrado, sostuvo que la tragedia pudo haberse desatado por una "tormenta eléctrica" que hizo que un rayo cayera sobre el aparato y "apagara" su sistema eléctrico. "No se sabe si lo agarró un rayo y lo apagó", advirtió al sitio español El Confidencial. infobae.com.

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