Por AP
Un atacante suicida mató a por lo
menos 63 personas y dejó casi un centenar de heridos al inmolarse el lunes
cerca de una reunión de abogados.
Pakistán.— Un atacante suicida mató a por lo
menos 63 personas y dejó casi un centenar de heridos al inmolarse el lunes
cerca de una reunión de abogados paquistaníes en un hospital público de la
ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, dijo la policía.
Testigos describieron escenas
horribles de cadáveres esparcidos y sobrevivientes pidiendo ayuda a gritos.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría la autoría del ataque.
Casi un centenar de abogados había
acudido al hospital, ubicado en el centro de Quetta, la capital de la provincia
de Baluchistan, a donde había sido trasladado el cuerpo de uno de sus
compañeros, el destacado letrado Bilal Kasi.
Kasi falleció por disparos de un
pistolero cuando se dirigía a su oficina antes el lunes, y los abogados
acudieron después al hospital para mostrar su dolor. Kasi era uno de los
abogados más críticos en la provincia y era popular por buscar siempre mejoras
para la comunidad de abogados de la comunidad. “Fue un ataque suicida”, dijo
Zahoor Ahmed Afridi, oficial de la policía paquistaní.
El agresor se inmoló poco después de
la llegada del cuerpo de Kasi al centro, apuntó señalando que parecía que los
dos incidentes estaban relacionados. Abdul Rehman, director del Hospital Civil,
dijo que murieron 63 personas, y la mayoría eran abogados. Además estaban
atendiendo a 92 heridos.
Uno de los sobrevivientes describió
una escena horrible, con “cuerpos por todas partes” tras la explosión. Waliur
Rehman llevaba a su padre enfermo a la zona de urgencias cuando la bomba hizo
temblar el edificio. La explosión fue tan potente que los dos cayeron al suelo,
agregó.
Cuando alzó la vista, vio cadáveres y
a los heridos llorando para pedir ayuda, recordó Rehman, que estaba a unos 200
metros de donde se inmoló el suicida.
Otro testigo, el letrado Abdul Latif,
dijo que había ido al hospital para mostrar su pesar por el asesinato de Kasi
sin saber que, al poco de su llegada, “vería los cuerpos de decenas de abogados
más” muertos y heridos. Sanaullah Zehri, máximo responsable político en la
provincia de Baluchistan, declaró que tanto el ataque suicida como la muerte de
Kasi parecían formar parte de un complot para perturbar la paz en la ciudad.
Sarfraz Bugti, ministro de Interior de la región, calificó el ataque como un
“acto de terrorismo”.
Un canal de noticias paquistaní dijo
que uno de sus cámaras murió en el ataque. Televisoras locales mostraron
imágenes de personas corriendo en pánico alrededor de los terrenos del
hospital. Afridi señaló que la mayoría de los fallecidos eran abogados que se
reunieron tras el traslado del cuerpo de Kasi al centro.
El primer ministro Nawaz Sharif
condenó con contundencia la explosión de Quetta y expresó su “profundo pesar y
angustia por la pérdida de valiosas vidas humanas” en el ataque, donde murieron
también otros reconocidos abogados.
“Nadie debería poder alterar la paz en
la provincial, que se restauró gracias a los incontables sacrificios de las
fuerzas de seguridad, la policía y el pueblo de Baluchistan”, manifestó en un
comunicado.
Sharif pidió a las autoridades locales
que mantengan una vigilancia extrema y refuercen la seguridad en Quetta. Además
pidió a responsables médicos que proporcionen el mejor tratamiento posible a
los heridos en el ataque.
El general Raheel Sharif, el poderoso
jefe del ejército de Pakistán, visitó el Hospital Civil de Quetta y se reunió
con los heridos en el ataque.
Ali Zafar, presidente de la principal
asociación de abogados del país, condenó una agresión que calificó de “ataque a
la justicia”.
Los letrados guardarán tres días de
luto y durante este tiempo no comparecerán en los juzgados en solidaridad con
los fallecidos. Quetta y Baluchistan fueron durante mucho tiempo foco de
insurgencia.
Existen varios grupos étnicos
separatistas que operan en la región, rica en recursos, y otros grupos también
están presentes en la zona.
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