Por
Wanda Méndez/Listin Diario
Santo Domingo.- La Iglesia
Católica ha mantenido una línea clara en contra de la corrupción en la
administración pública desde la década del 70, postura que reafirma hoy la
Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), con motivo de celebrarse el Día
Internacional contra la Corrupción.
A propósito de este día,
los obispos agrupados en la CED, decidieron recordar a la nación dominicana
algunos de los documentos mediante los cuales hicieron fuertes pronunciamientos
en contra de la corrupción.
En esos documentos, la
Iglesia Católica, a través de la CED, exigió castigo para los corruptos y
condenó la impunidad imperante cuando se trata de casos en los que están
envueltos políticos, militares, narcotraficantes y gente de dinero. Además,
abogó por la aprobación de una legislación severa sobre la corrupción, que contemple
sanciones ejemplares.
Se trata de sendos
mensajes que condenan la corrupción emitidos por los obispos en diciembre de
1975, el 27 de febrero de 1995 y el 27 de febrero de 2015.
La decisión de reiterar
esos planteamientos hoy fue aprobada en la reunión ordinaria bimestral
celebrada en septiembre de 2015.
La CED agregó un texto de
la Bula del Papa Francisco “Misericordia evultus” (El rostro de la
misericordia), en el que aborda el tema de la corrupción e invita a la
conversión.
En el más reciente
mensaje, del 27 de febrero de 2015, la CED enfatizó que siempre le ha
preocupado el fenómeno de la mentalidad de corrupción en el campo de la
administración, tanto pública como privada.
En ese documento, criticó
que la mayoría de los políticos inviertan sumas millonarias en las campañas
electorales con el fin de alcanzar puestos públicos, y manejando fondos del
Estado para luego multiplicar su inversión económica.
Deploró que las grandes
empresas y negocios apoyen las campañas de los partidos y candidatos que tienen
posibilidades de subir a los puestos públicos. “Lo hacen con el propósito de
que estos a su vez les concedan privilegios tributarios y les fa- vorezcan con
la elaboración de leyes que resulten ventajosas para sus empresas y negocios.
Así la política es vista más como un negocio que como un servicio al bien
común”, puntualizó.
Afirmó que en ese “juego
sucio de intereses políticos”, los únicos perjudicados son los ciudadanos de la
clase media y baja, que son la mayoría de la población.
Advirtió que con esa
mentalidad política, el país es muy pobre en justicia y equidad, por las
terribles desigualdades sociales y económicas entre los sectores que controlan
el poder y la riqueza y los sectores que componen el resto de la población.
“Más que
institucionalización para el bien común, el Estado se convierte entonces en
fuente de inequidad a través de la corrupción, que se utiliza no sólo para el
enriquecimiento personal, sino como una plataforma de financiamiento de la
actividad política”, subrayó.
En esa ocasión, los
obispos advirtieron que de no castigarse ejemplarmente los casos de corrupción
en el Estado, no se podrá esperar de la mayoría de la población un uso honesto
de los bienes públicos ni una actitud de colaboración en beneficio de la
convivencia ciudadana”.
Aunque reconocieron los
esfuerzos por adecentar el aspecto institucional del Poder Judicial,
consideraron que hay impunidad en ciertos casos.
“Todavía hay mucha
impunidad cuando se tratan casos en los que están envueltos políticos,
militares, narcotraficantes y gente de dinero. Lo mismo cuando se trata de
atracadores, rateros y ladrones, que en su mayoría actúan en contubernio con
autoridades policiales o con políticos”, afirmó la CED. DECLARACIONES CONTRA
ACTOS DOLOSOS SECTOR PÚBLICO.
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