Por: Nélsido Herasme
Nos consta que en el
Ministerio de Salud Pública hay quienes no se asustarán por el título de este
escrito, especialmente el doctor José Manuel Puello, viceministro de Salud
Colectiva, un gran trabajador
comunitario, experto conocedor y manejador de las diferentes
infecciones tropicales, como comerse un
sabroso moro de guandules con coco.
No es matando un mosquito
y atrapando a los demás en el velorio como
vamos a enfrentar la epidemia, porque el dengue es una enfermedad tan
antigua como la humanidad misma y que para combatirla, primero hay que
sensibilizar la voluntad política del estado, luego hacer la inversión de
recursos en la prevención e involucrar a todos los actores y actrices de la
comunidad. Ahora mismo media humanidad está expuesta a sufrir una picadura del
mosquito transmisor, el Aedes aegypti.
Con el doctor Puello hemos
participado en conferencias, charlas,
talleres y seminario de sensibilización, donde se ha tratado el tema con
debida altura y en donde se ha determinado que las causas que permiten la
multiplicación hay que enfrentarlas, eliminando los factores que estimulan su
propagación, tomándose en cuenta la precariedades del sistema de cloacas, el destino final de los
desperdicio, el drenaje pluvial y alcantarillado sanitario, por tanto, todos
los días nace un charco y un recipiente acumulador de aguas reproductoras de
insectos.
Por Dios, esto no es
nuevo, ya lo hemos tratado y el gobierno debe dar muestra de voluntad,
convidando a los alcaldes y a las autoridades nacionales responsables de salud
y desarrollo colectivo.
En lo Inmediato vamos a
seguir haciendo el llamado a la comunidad para que evitemos la presencia y
propagación del mosquito.
Sigamos colocando
mosquiteros en cualquier área expuesta a mosquitos, mantengamos patios y
azoteas limpias, libres de objetos metálicos y oxidados expuestos al agua y al
sol y utilicemos cremas, espray o cualquier tipo de repelentes.
No cerremos puertas, ni
ventanas al fumigar, porque puede resultar peligroso, realicemos perforaciones
en la base de las macetas para el drenaje del agua, revisar todas las áreas de
jardín y evitar que las plantas o troncos se conviertan en recipientes para el
agua.
Cambiemos el agua de los
floreros cada tercer día, eliminando larvas de los recipientes si es que estas
se presentan y detectar lo más pronto posible el caso de dengue y acudir al
médico de inmediato.
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