El mexicano Abel
Ochoa, en 2002, mató a su esposa, a sus dos hijas de 7 años y de 9 meses, a su
suegro y a su cuñada
AUSTIN. Junto al nicaragüense Bernardo Tercero, cuya
ejecución está programada para este miércoles, hay otros 21 extranjeros en el
corredor de la muerte en Texas (EEUU), en su mayoría mexicanos y
centroamericanos, aunque también los hay de Suramérica, Asia y el Caribe.
Si nada lo impide, al nicaragüense lo ejecutarán el
miércoles a las 18.00 hora local en la cárcel de Huntsville, la más antigua de
Texas y en la que ya han sido ajusticiados 13 extranjeros desde marzo de 1993,
cuando el dominicano Carlos Santana murió a manos de sus verdugos.
Tercero fue condenado por asesinar a otro hombre en 1997
durante un atraco en una lavandería de Houston, crimen por el que ha pasado los
últimos 15 años de su vida en el temido corredor de la muerte de Texas, ubicado
en la cárcel de Polunsky.
Además de Tercero, en Texas están condenados a muerte once
mexicanos, tres salvadoreños, dos hondureños, un argentino, un dominicano, un
vietnamita, un bangladesí y una única mujer nacida en la isla caribeña de San
Cristóbal y con pasaporte británico.
El pelotero dominicano de ligas menores, Fabio Evelio
Gómez, fue hallado culpable de matar a su novia, Joan Morane, de 18 golpes en
la cabeza, con una pesa de metal.
La mayoría está en la cárcel por un asesinato, aunque hay
casos como el del mexicano Abel Ochoa que en 2002 mató a su esposa, a sus dos
hijas de 7 años y de 9 meses, a su suegro y a su cuñada, o el del salvadoreño
Héctor Medina, que mató a su hijo de tres años y a su hija de ocho meses en
2007.
Otros, como el mexicano Juan Carlos Álvarez está condenado
por el asesinato de cuatro miembros de una banda rival en 1998 o el también
mexicano Ignacio Gómez que mató en 1996 a tres personas tras una pelea.
Por su parte, el hondureño Edgardo Cubas y el salvadoreño
Walter Sorto fueron condenados por el secuestro, violación y asesinato en 2002
de tres mujeres hispanas, una de ellas de 15 años, aunque hay sospechas de que
pudieron estar involucrados en más casos parecidos.
Cubas estuvo a punto de ser ejecutado en 2014, pero
finalmente suspendieron su cita con los verdugos.
Otros, como el salvadoreño Gilmar Guevara, que en el 2000
mató a dos personas durante un atraco, ya han agotado todos sus recursos
legales y podrían recibir una fecha de ejecución en los próximos meses.
Entre los casos más conocidos está el de la mujer
británica, Linda Carty, condenada por el secuestro y asesinato de su vecina,
Joana Rodríguez.
Según los fiscales, Carty estaba tan desesperada por tener
un bebé y salvar su matrimonio que decidió raptar al recién nacido de
Rodríguez, cuyo cadáver fue hallado un día después de su desaparición en el
maletero de un vehículo.
Carty fue condenada con el testimonio de los autores
materiales del crimen, pero ella siempre ha defendido que le tendieron una
trampa y su caso ha atraído la atención de los medios de comunicación del Reino
Unido.
La ejecución de ciudadanos extranjeros en los últimos años
ha estado rodeada de polémica, ya que en 2004 la Corte Internacional de
Justicia (CIJ) de La Haya ordenó en el llamado “Fallo Avena” revisar el caso de
51 mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos a quienes se les violó el
derecho a notificación consular.
La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares obliga
a los Estados a informar a los consulados respectivos de la detención de
ciudadanos extranjeros, así como al detenido de que tiene derecho a solicitar
asistencia consular.
Desde la sentencia, Estados Unidos ha seguido ejecutando a
ciudadanos extranjeros, cuatro de ellos “en franca violación” del “Fallo
Avena”, según sostiene la Cancillería mexicana.
El director del Observatorio Death Penalty Information
Center (DPIC), Robert Dunham, dijo a Efe que “Estados Unidos ha violado las
leyes internacionales en muchas ocasiones al ejecutar a ciudadanos
extranjeros”.
Por su parte, el abogado de Tercero, Mike Charlton, afirmó
a Efe que “Texas nunca ha respetado los derechos consulares”, por lo que no
espera que la violación del derecho a esa notificación tenga ningún efecto en
el caso del nicaragüense.
Según datos del DPIC, en Estados Unidos hay 139
extranjeros de 36 nacionalidades condenados a muerte, casi la mitad (61) están
en California, mientras que en Texas hay 22 y en Florida 21.
Desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró
la pena de muerte en 1976, 31 extranjeros han sido ejecutados en todo el país.
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