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La preferencia por
este tipo de discos no solo se limita a coleccionistas o personas que vivieron
el momento, sino, que además, ha cautivado a un grupo de jóvenes disc-jockey, o
DJ quienes también lo utilizan para sus trabajos musicales.
Franchesca
Martínez/Especial para Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Producciones de
artistas tan famosos como: Trío los Panchos, Carlos Gardel, Barbarito Díez,
Nino Bravo, entre otros, son solo algunos de los miles de discos LP (Long
Play), o discos de Vinil que han acompañado a Otilo García por treinta años en
la Avenida Mella de esta capital, donde tiene su pequeña tienda.
Alrededor de 3,000 discos desde el año 1959 en adelante,
diferentes géneros musicales y diferentes artistas, reposan en la mesa de
madera un tanto defectuosa por permanecer en el mismo lugar bajo agua, sol, y
sereno a la espera de algún comprador.
Cuenta que la mayoría de su clientela son adultos mayores
o personas que vivieron la época de los famosos aunque ya obsoletos discos Long
Play, pero aunque parezca extraño, algunos jóvenes van en busca de este tipo de
discos.
El precio varía según el año, el artista, y el género
musical, ya que, según cuenta García, un disco puede costar desde los RD$ 50.00
pesos hasta los RD$ 150.00 pesos.
El gusto o preferencia por este tipo de discos no solo se
limita a coleccionistas o personas que vivieron el momento sino, que además, ha
cautivado a un grupo de jóvenes disc-jockey o, DJ, quienes lo utilizan para sus
trabajos musicales.
Según Tommy García, director del Museo de la Música,
entidad que pertenece al Ministerio de Cultura, en nuestro país las primeras
grabaciones en discos LP surgieron a partir del año 1926 en temas de Merengue,
Son, Boleros y Criollas.
Manifiesta que en sus inicios este era un disco más
pequeño de lo que hoy se conoce. El tamaño más conocidos es de 12 pulgadas , o disco de
larga duración LP, pero hubo un tamaño menor de 8 pulgadas , que eran los
discos que utilizaban para tocar en las Velloneras.
Su material no siempre fue Vinil. Los primeros eran una
placa de aluminio con un baño de Vinil que, Posteriormente, se fabricaba de
Vinil completo.
El gran auge del disco de Vinil, mucho más moderno, surgió
a mediados de los años 40 hasta los años 60. Sobrevivió en nuestro país a
mediados de los 70 que luego empezó a decaer a la llegada del disco compacto;
un disco digital donde la principal ganancia era que eliminaba el ruido de
fricción.
Raymond Díaz, que en el mundo de la música se hace llamar
Dubfonrone, es un joven de 24 años que se considera un apasionado de los discos
de vinilo y quien además de coleccionarlos lo utiliza para sus trabajos de DJ.
Cuenta, que su interés por este tipo de discos se lo debe
a su padre, quien también es un coleccionador, y que muchos de los discos que
hoy componen su colección musical fueron obsequiados por él, otros por
familiares y amigos que comparte el gusto por la música análoga.
Dentro de su recopilación musical posee diferentes géneros
musicales, pero sus favoritos, los cuáles también son los más solicitados por
quienes requieren de sus servicios de DJ son el Hip Hop, Rock, Reggae y la
música Funk.
Díaz, manifiesta que el uso de los Long Play es un gusto
muy personal ya que es más fácil y común escuchar música digital que análoga,
debido a qué el instrumento utilizado para tocar este tipo de disco,(
tocadiscos, o picó) es un tanto costoso y difícil de adquirir por lo antiguo
del aparato.
Otra de las razones por las cuales prefiere los discos de
pasta, se debe a la calidad del sonido que ofrece la música análoga además, de
que le permite hacer el Scratch (rayar o arañar con los dedos el discos sobre
el tocadiscos) además de proporcionarle toda la información acerca de los temas
musicales: año, nombre de la producción, autor, entre otros, qué quizás el
internet no proporciona de manera eficaz.
Aunque se creía que este tipo de discos habían desaparecido,
nos damos cuenta que han retornado y que extrañamente son jóvenes quienes
prefieren escuchar música análoga, por la calidad del sonido y por la
información musical que les proporcionan los LP.
Lo que demuestra, definitivamente, que el mundo de la
música física no ha acabado de manera tan radical como predecían algunos
entendidos en el tema. Quizá el modelo de negocio sí ha cambiado, pero la
música permanece y es de creer que permanecerá mientras la humanidad exista.
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