Por Horacio Nolasco
En la historia del juego se ha dado el caso de jugadores
con registros impresionantes, pero su conducta dentro o fuera del terreno les
ha impedido alcanzar la màxima jerarquìa en el bèisbol, el Salòn de la Fama.
Esa lista la encabeza el màs grande hiteador de todos los tiempos, el sin par, polèmico e impulsivo
Pete Rose, una figura que escribiò pàginas gloriosas con su estilo y talento.
Las impresionantes estadìsticas de Rose incluyen el
liderato de hits de por vida (4,256), un
record que se ve imposible de romper, màs en estos tiempos que los jugadores no
tienen tanta durabilidad y que no les importa tanto llegar a la vejez en un
terreno de juego, debido sobretodo a los grandes contratos, incluso muchos se
retiran con ciertas facultades para el juego, pues acumulan todo el dinero del mundo.
Rose jugò durante 24 temporadas, disparò 200 o màs hits en
10 estaciones, registros que le hubieran permitido ingresar sin ningùn problema
al Templo de los Inmortales, sin embargo, su relaciòn con el mundo de las
apuestas, perdiò la mayorìa de sus ganancias apostando al bèisbol siendo dirigente de los Rojos de Cincinnati,
y apostando en los casinos. Fue expulsado del bèisbol en 1989, un año antes de los Rojos ganar su ùltima
Serie Mundial.
Otro jugador legendario, Joe- Shoeless- Jackson, uno de
los grandes talentos de principios del siglo 20, el ùnico jugador admirado y
respetado por Ty Cobb, Baby Ruth imitò
su forma de batear, incluso señalò que fue el màs grande bateador que haya
visto jamàs.
Jackson promediò .356, tercero de por vida, con promedios
impresionantes en 1911 (.408), 1912 (.395), 1913 (.373) y en su ùltimo año,
1920 (.382).
Shoelees fue parte del escàndalo de los Medias Negras de
Chicago, compuesto por nueve jugadores que vendieron la Serie Mundial de 1919,
con todo y promediar .375 en la serie, pudo haber ingresado en el primer ceremonial de 1936 junto a Ty Cobb, Wonus Wagner, Walter
Jhonson, Babe Ruth y Christy Matewson, mas, terminò administrando un bar en sus
ùltimos dìas de vida.
El grupo màs reciente de jugadores proscritos lo
constituye la generaciòn de jugadores post huelga de 1994, quienes le dieron
brillo y realce al bèisbol despuès de un paro
que frustrò esa temporada, siendo la ùnica vez excepto en 1904, que no se efectuò una Serie Mundial.
El grupo de los
jugadores de la era esteroides, acumulan grandes estadìsticas, pero con un
marcado castigo hasta ahora de la Asociaciòn de
Escritores de Bèisbol, que son
quienes escogen los jugadores, en el
caso de Barry Bonds, lìder històrico de jonrones (762), cuadrangulares en una
temporada (73), bases por bolas (234), % de embasarse (.609), .863 % de
Slugging y 1422 OPS, registros que quizas jamàs seràn superados por un jugador
en una temporada.
Rogers Clemens (354 triunfos, siete premios Cy Young),
Sammy Sosa, Rafael Palmeiro, Mark McGwire, Manny Ramìrez y el activo Alex
Rodrìguez, posiblemente algunos ingresen al Templo Inmortal, otros se quedaràn
fuera por el resto de sus vidas.
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