Por el nacional
Ofende a la inteligencia colectiva mercadear la especie de
que un convicto por narcotráfico usa por sí solo a medios de comunicación y
redes sociales para embadurnar de infamia a un expresidente de la República, en
cuyo gobierno fue apresado, extraditado y desmantelado su cártel criminal.
Las vías jurídicas están abiertas a cualquier ciudadano
que desee tramitar expediente acusatorio, de denuncia o informar al Ministerio
Público sobre la comisión de algún ilícito, pero no hay derecho a que un
delincuente por sí mismo o con el concurso pretenda convertir a la prensa en
propia cloaca.
El doctor Leonel Fernández ha sido jefe de Estado en tres
ocasiones por la voluntad de los electores, y sus gestiones han estado
asociadas a la promoción de las libertades públicas y del Estado de derecho,
mientras su detractor tiene en su haber la exportación de más de 33 toneladas
de cocaína.
Una voz que se dice es la de un convicto que inundó de
drogas al territorio dominicano y llegó a convertirse en uno de los principales
suplidores de cocaína a Estados Unidos, se erige ahora como juez que desde un
retrete lapida la consideración personal de un exmandatario, en cuyo gobierno
fue apresado, despojado de sus bienes ilícitos y entregado a la justicia estadounidense.
Son muchas las familias que hoy sufren la desgracia de
lidiar con sus hijos afectados por la adicción a las drogas, o con el luto de
sus vástagos por sicarios del narco o que guardan prisión involucrados con ese
crimen de lesa humanidad.
No hay forma ni manera de poder justificar el protagonismo
que desde la prensa se concede a ese convicto por narcotráfico para que cumpla
con su obvio afán de convertir al medio social dominicano en un gran retrete,
donde seguramente se siente a gusto.
Los medios de comunicación no deberían desempeñar roles de
tribunales ni fiscalía, menos aun si se sirve a propósitos espurios
patrocinados por narcotraficantes que han pactado disminución de pena en
Estados Unidos, sin purgar aquí merecido apremio corporal por sus crímenes.
No hay derecho a que un interactivo de esa catadura
criminal convierta la radio, televisión, medios escritos o redes sociales en
patíbulos de la honra de ningún ciudadano, menos de un exjefe de Estado, cuyo
gobierno desmanteló al poderoso cártel del narcotráfico, cuyo verdugo de hoy
era jefe supremo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
PrensaLibreNagua se reserva el derecho de no publicar comentarios de contenido ofensivo.