Héctor
Gómez
El próximo 6 de enero se darán a conocer
los resultados de las votaciones para el Salón de la Fama de Cooperstown, por
parte de la Asociación de Escritores del Béisbol de los Estados Unidos.
Randy Johnson, Pedro Martínez, John
Smoltz y Carlos Delgado figuran entre las 17 caras nuevas en las papeletas para
la votación del Salón de la Fama del béisbol. Otro a ser considerado, aunque no
por primera vez, será Craig Biggio, quien el año pasado se quedó a dos votos
del 75% necesario para ser incorporado al Salón.
También volverán a ser tomados en cuenta
Barry Bonds, Roger Clemens, Sammy Sosa, Mark McGwire, Mike Piazza, Jeff Bagwell
y Tim Raines, quienes no lograron los votos necesarios el año pasado.
Las
razones
Antes de ponderar las razones por las
cuales entendemos que el dominicano será electo con más del 75% de los votos,
vale analizar las posibilidades de tres candidatos con grandes posibilidades de
ser electos: Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio.
En lo que respecta a Randy Johnson hay
prácticamente un consenso de que el espigado zurdo sea electo en su primera
oportunidad.
En lo relativo a Biggio, cabe resaltar
que en las votaciones pasadas se quedó corto con apenas un 1.5% para obtener el
mínimo requerido, tras obtener el 73.5% de los votos.
Otro candidato con amplias posibilidades
de ser electo es John Smoltz, quien pese a no tener, desde el punto de vista
del dominio ejercido por el dominicano, es un candidato de primera línea para
formar parte del Nicho de los Inmortales.
Entendemos que Randy Johnson y Pedro
Martínez sacarán el más alto porcentaje de todos los jugadores que aparecerán
en las papeletas de votación, seguidos de Biggio. Dado el hecho de que, según
nuestro criterio, Johnson, Martínez y Biggio obtengan más del 75% requerido del
universo de votos necesarios, esto afecta, como es natural, las posibilidades
de Smoltz de ser electo.
El
dominio
Siempre hemos sostenido la tesis que
plantea que existen dos razones de peso para que un jugador y/o lanzador sea
exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown: la acumulación estadística, léase
longevidad y el nivel de dominio ejercido por un determinado jugador y/o
lanzador en un período de tiempo determinado.
En lo relativo al dominicano, entendemos
que, basándonos en el segundo parámetro, la principal carta de presentación del
nativo de Manoguayabo fue su gran dominio ejercido sobre los bateadores, en la
famosa época del bateo y los esteroides.
Al analizar los factores que nos hacen
llegar a la conclusión de que Pedro Martínez será electo a Cooperstown, tomamos
en cuenta varias estadísticas, tanto básicas como de última generación, a fin
de ser lo más objetivo posible en lo que respecta al análisis del contexto
histórico.
El contexto histórico es primordial a la
hora de medir el nivel de superioridad de un determinado jugador y/o lanzador
sobre sus homólogos.
Veamos, detalladamente, qué tan superior
fue Pedro Martínez sobre sus contemporáneos, tomando en cuenta las siguientes
estadísticas:
- Efetividad Ajustada (ERA+): La
efectividad ajustada de por vida de Pedro Martínez fue de 154. Esta estadística
indica que Martínez fue un 54% superior a sus homólogos. Para que usted, amigo
lector, tenga una idea de la grandeza de Pedro, vale citar la referencia
obligada, nuestro inmortal de Cooperstown Juan Marichal, quien tuvo una
efectividad ajustada de 123, es decir, Marichal fue un 23% superior a los
pitchers de su generación (1960-75).
- WHIP (hits y transferencias por
episodio lanzado). Esta estadística refleja el dominio real de un lanzador en
una época o contexto histórico determinado. El WHIP de Pedro Martínez de por
vida fue de 1.05.
- FIP (promedio de efectividad
independiente del fildeo). Pedro tuvo un formidable FIP de 2.91. Muchos
estudiosos de las estadísticas del béisbol le llaman al FIP "la verdadera
efectividad de un pitcher". Al analizar su significado, notamos que no es
fortuito dicha tesis.
El FIP nos brinda una mejor perspectiva
sobre el dominio y la eficiencia de cada lanzador, puesto que parte de la
premisa de que las bolas puestas en juego, y que a la postre terminaban en
hits, no se correlacionaban de temporada a temporada.
Esto denota que los lanzadores no tenían
mucho control sobre las bolas puestas en juego, por lo que para medir el
talento de un pitcher se debía acudir a la medición de aquellas situaciones del
juego que el lanzador si podía controlar como son los ponches, las bases por
bolas y los cuadrangulares.
- SO/BB (ponches propinados por cada
boleto concedido). Pedro tuvo una excelente proporción de 4.15 ponches
propinados por cada boleto otorgado. De por vida, el dominicano abanicó a 3,154
bateadores y apenas transfirió un total de 760.
A continuación analizaremos otras aristas
que le dan base de sustentación a nuestro argumento y para ello, tomamos el referente
obligado, comparativamente hablando, de nuestro inmortal de Cooperstown Juan
Marichal, a fin de que usted, amigo lector, pueda aquilatar en su justo
contexto lo que queremos puntualizar en esta tesitura.
Pedro tuvo 108 partidos de cifras dobles
en ponches, categoría en la que se encuentra en el cuarto lugar de la lista de
todos los tiempos. Resalta, además, que Martínez compiló una foja de 101-31
contra equipos de la Liga Americana, donde se usa el bateador designado y por
ende, le tocó enfrentar más ofensiva. Vale destacar, asimismo, sus tres premios
Cy Young y sus tres lideratos de ponches, que lo llevaron a sumar 3,154
abanicados de por vida, el segundo mayor total para un lanzador de color en
toda la historia de las Grandes Ligas.
Entre 1960 y 1973, la mejor época de
Marichal, se registraron 61 ganadores de al menos 20 partidos. Mientras tanto,
entre 1997 y el 2004, cuando Pedro lo hizo tres veces, solo se lograron los 20
triunfos en 19 ocasiones.
Para darle peso a la relevancia del tema
de la ofensiva en la época de Martínez, cabe resaltar que entre 1960 y 1973 se
conectaron 50 jonrones en solo tres ocasiones, mientras que entre 1997 y el
2004 se en 16 ocasiones.
De hecho, el periodo comprendido entre
los años de 1997 y 2003 es probablemente el más dominante de lanzador alguno en
los anales de Grandes Ligas.
Las estadísticas de última generación
corroboran la alta valoración que se tiene del dominicano. Efectividad
normalizada (ERA+) de 154, es decir más de un 50% por encima del promedio de
sus contemporáneos. Victorias sobre el jugador reemplazo (WAR) 75.9, lo ubican
en el grupo elite entre los mejores monticulistas de la historia de liga mayor.
Para poner en perspectiva los números de
Martínez, basta observar los del inmenso Juan Marichal, quien compiló en su
carrera ERA+ de 123 y acumuló 64 WARs.
Entre los lauros de Pedro destacan tres
premios Cy Young (1997, 1999, 2000), ocho juegos de estrellas, cinco lideratos
de efectividad y tres de ponches propinados.
¿Qué opina usted, amable lector?
Para sus preguntas y comentarios, favor
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