viernes, 24 de octubre de 2014

Tintero

POR STANISLAW PEÑA
Estimados lectores, a petición de un grupo de estudiantes de Filosofía y Letras de la UASD (CURNA), vamos a presentarles un análisis de la historia El Caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher.

El Caballero de la Armadura Oxidada (Primera parte)

El Caballero de la Armadura Oxidada es una historia fantástica de un hombre que se aferra a un estilo de vida, de tal manera, que se descuida de cosas tan significativas y elementales como son el trato a la familia, conocerse a sí mismo y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Como este bueno, generoso y amoroso Caballero, vivimos millones de personas en el mundo: con resonantes delirios de grandeza, ambiciones superficiales o materiales, actitudes narcisistas, y otros tantos sentimientos que no nos dejan realizar plenamente como personas, porque nos falta el gran elemento: el amor. 

Adoptar un determinado estilo de vida,  fuertes hábitos, no es cosa de un día, requiere un prolongado tiempo. En esa misma medida, desprendernos de esa elección no es fácil y también se necesita mucho tiempo. Por eso cuando el Caballero le preguntaba desesperado a Merlín, cuándo podría salir de su armadura, el mago le contestaba: “¡Paciencia! Habéis llevado esa armadura durante mucho tiempo. No podéis salir de ella así como así”.

Por un lado, el Caballero se creía bueno, generoso y amoroso. En otro contexto, era todo lo contrario: ambicioso, egoísta, intolerante, obstinado y obsesionado. Les hizo un gran daño psicológico a su esposa Julieta y a su hijo Cristóbal, al negarle el calor y la atención de esposo y padre respectivamente. Su actitud extremista con eso de matar dragones y rescatar damiselas, y su apego enfermizo a su armadura llevaron a la pobre esposa a hacerse adicta al vino.

El desarrollo de la historia nos da a entender que el Caballero sí podía ser un bueno, generoso y amoroso, pero que necesitaba liberarse de una armadura que le impedía conocerse a sí mismo, conocer a los demás, y sobre todo, conocer el amor. 

Por suerte, el Caballero logró encontrarse consigo mismo después de transitar por el sendero de la verdad. Una odisea de pruebas que lo condujo al verdadero conocimiento de sí mismo y de la vida, desprendiéndose de todo prejuicio y confusiones.

El Caballero de la armadura oxidada es una lección sobre las cosas que nos aprisionan al descuidarnos de las cosas que debemos amar y atender. Toda la lucha que libró el Caballero, primeramente, fue para aprender a amarse, porque quien no es capaz de amarse a sí mismo, no puede amar a nadie. 



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