Por Wagner De La
Rosa
Este artículo estaba basado en mi experiencia personal en
política y como fanático del béisbol.
Es necesario iniciar diciendo que tanto en la pelota como
en la política, esta conformada por equipos o partidos, visten de uniformes que
los identifican de manera particular (banderas y simbología) cada cual tiene
fanáticos o seguidores y alrededor de ellos están los medios de difusión para
la colectividad.
Cada equipo tiene un manager, quien dirige y ordena las
jugadas, en política cada partido tiene un líder (aun que hoy se vive una gran
excepción), que marca la pauta de los trabajos para conquistar el voto.
En pelota los managers se dicen de todo en el terreno de
juego y luego cenan juntos, también pasa con los políticos, se dicen mil
barbaridades y luego a solas se reparten el botín del estado.
Hay peloteros extraordinarios que llenan el estadio y
otros no tanto, pero hacen el trabajo para que el equipo gane, lo mismo pasa en
política, hay un líder que es la figura principal del partido y los que en
verdad hacen el trabajo para que el partido gane son los dirigentes de la base.
Hay peloteros muy habilidosos que si el pitcher se
descuida le roban las bases, en política hay dirigentes y funcionarios que si
uno se descuida le lleva hasta los clavos de la cruz.
Tanto en pelota como en política los fanáticos se matan
con cualquiera, defendiendo su equipo o partido político.
Cuando un pelotero cumple con el contrato del equipo, se
presta a esperar ofertas económicas de otros equipos, en política muchos
dirigentes de mudan de partido por una oferta económica y se van sin guardar
luto a nadie.
Hay peloteros que se han puesto todas las camisetas de la
liga, también hay políticos que han andado todos los partidos… buscándose lo
suyo.
Los narradores deportivos exageran las jugadas del equipo
de la casa y minimizan las del equipo visitante; así pasa en los medios de
comunicación, según le respondan los partidos son de la casa o del visitante.
En cada partido los árbitros hacen su trabajo imparcial,
en política no tanto así, pues estos son puestos por el gobierno de turno y si
lo saben aprovechar en elecciones le garantizan el triunfo.
En pelota algunas veces se hace trampa, en política casi
siempre.
En pelota los fanáticos pagan por ver a los jugadores, en
cambio los políticos pagan a los ciudadanos para que vayan a sus actividades o
les den el voto.
En la pelota los jugadores hacen de todo para que su
equipo gane, en política he visto como dirigentes hacen de todo… para que su
partido pierda (que cachazas).
Finalmente (sé que quedan muchas cosas por decir), he
llegado a la conclusión siguiente,
De que la política y el béisbol no son más que un buen
negocio para los actores de una y otra disciplina.
Que mas pendejos hay en quienes siguen a los políticos,
que a los fanáticos del béisbol.
Que en pelota han surgido grandes peloteros emergentes…
pero en política esta es la parte más difícil.
Que aun se pierda o se gane el terreno de juego es el
mismo y cada día hay mejoras para la comodidad de los fanáticos… mientras en
este país, nuestros funcionarios los hacen cada día más difícil de vivir.
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