POR: DOMINGA
VALDEZ/elsoldominicano.com
Río Piedras, Puerto Rico. Con la música típica del
conjunto de Juan Castillo y rodeado de familiares, vecinos, amigos y fanáticos,
fueron velados, los restos del maestro del acordeón, Aniceto Batista.
La Funeraria Villa Nevares, estuvo repleta a capacidad,
para darle el último adiós Batista Martínez, quién falleció a causa de un fallo
renal.
Desde la entrada del velatorio, se escucharon los sonidos
del acordeón, güira y tambora, provocando gritos colectivos donde familiares y
amigos del fallecido cantante, estallaron en llanto al compás de la música
Castillo, joven artista dominicano que también toca ese
género en Puerto Rico, era además amigo y compañeros de trabajo de Batista,
rindió un merecido homenaje musical, con voz entrecortada y ojos bañados en
llantos, el cual no pudo concluir por la tristeza.
Los aplausos, no cesaron para el showman Aniceto Batista,
por la gran popularidad alcanzada por el, en Puerto Rico, donde no sólo
dominicanos bailan el famoso perico ripiao, o merengue de tierra adentro, como
también les llaman.
Hubo luto, pesar, tristeza, un ambiente de recordación
para un artista, que puso el nombre de la República Dominicana, muy en alto.
Hubieron palabras de elogios, para quién logró que boricuas y demás
nacionalidades inmigrantes residentes en la isla, buscaran los lugares, donde
se tocaría ese género, hubo una comunidad que dejo de trabajar un día, aunque
se descuadrarán, para darle el último adiós, al músico nacido en Nagua,
provincia María Trinidad Sánchez.
Todas las caras, estaban tristes y alegres a la vez,
porque despidieron a Aniceto Batista, con la música que tanto amó y tocó,
uniendo de esa manera aún más a dos islas, Borinquén y Quisqueya, a ritmo de
merengue típico dominicano, el cual se está bailando todos los fines de
semanas, en la isla del encanto.
Adiós al hombre, que hasta tirado en el piso, tocaba
magistralmente el acordeón.
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