Mons. Ramón Benito De La Rosa Y Carpio
Indiscutiblemente una de las preguntas que se están haciendo los dominicanos, que nos estamos haciendo los dominicanos, es los suicidios que se están dando en nuestro país entre los jóvenes.
Es algo que está como muy ajeno en la cultura dominicana, una cultura en la que la alegría de vivir hace parte de lo que nosotros somos, y es para nosotros uno de nuestros valores y uno de nuestros capitales que atrae a los turistas, porque amamos la vida.
Cuando se da un suicidio, de alguna manera hay una tristeza, hay una depresión, algo está faltando en la vida.
Puede ser que nuestros jóvenes y mucha gente estén ambicionando cosas, que se le estén presentando en la búsqueda de realidades que no pueden alcanzar.
Nosotros indiscutiblemente tenemos que seguir trabajando en esa dimensión.
En mi trabajo pastoral, recuerdo a muchos adolescentes que por un problema afectivo que no comprendían, trataban de quitarse la vida, y buscaban un consejo.
¿A cuántos hemos aconsejado para que vean la vida de otra manera? A los que quieran suicidarse, busquen un consejo, busquen una luz, la vida vale la pena vivirse, y se pueden superar las tristezas y las depresiones.
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