Nairobi, 19 feb (EFE).- Kenia abrirá el primer matadero de
burros de África, cuya carne es muy apreciada por el mercado chino, con una
presencia creciente en el país y en todo el este de África. El país africano
cuenta con una cabaña cercana a los dos millones de burros, un equino muy
protegido en enclaves costeros como la isla de Lamu, en el norte de Kenia.
Pese a ello, la venta de la carne de pollino fue
legalizada en Kenia en 1999 si bien se comercializaba de forma irregular hasta
ahora.
Carniceros clandestinos sacrifican los ejemplares en los
bosques, sin mínimos higiénicos, y arrojan sus cuerpos descuartizados en
cualquier parte.
Para poner fin a esta práctica, un empresario del distrito
de Naivasha, en el oeste del país, ha propuesto la apertura del primer matadero
exclusivo de estos animales en todo el continente, informa hoy el diario
keniano "Standard".
El matadero de John Ngonjo Kariuki comenzará a funcionar
en la localidad de Maraigushu en la primera semana de marzo, con la intención
de abastecer a la creciente población china en el este africano y exportarla al
gigante asiático, cuyo consumo es muy común en la provincia oriental de
Shandong.
"He estado en China, donde hay una gran demanda y
mercado para la carne de burro y este matadero se hará cargo de eso",
explicó Ngonjo.
El empresario cree que no tendrá ningún problema de
abastecimiento porque su población es muy numerosa en el país, especialmente en
los distritos de Pokot, Turkana y Naivasha.
"El Gobierno hace tiempo que legalizó la carne de
burro, lo único que no había mataderos legales", indicó un veterinario de
Naivasha, Enos Amuyunzu.
Mientras, los vendedores de la zona siguen utilizando los
burros fundamentalmente para transportar sus productos.
"Tenemos miedo de que la misma gente que ha estado
descuartizando a los burros comience a robarlos ahora que tienen mercado",
dijo el comerciante Jose wa Funda.
La expansión de China en el continente asiático, donde ya
es su principal inversor, ha generado demandas inéditas de productos en países
como Kenia, donde se ha disparado la compra de marfil procedente de la caza
furtiva de elefantes.
La isla de Lamu, donde todo el transporte se realiza en
burros, es todavía un santuario para estos animales, que son protegidos por
algunas organizaciones. EFE
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