Se trata de la
acción más radical y perversa del grupo de Mejía contra el Presidente del PRD
Tomado de:
eltelegramadigital.com
El escándalo que pretende destapar el sector Hipólito
Mejía en torno al Ing. Miguel Vargas Maldonado, por el conocido asunto del
préstamo denunciado, no sólo encarna un recurso de bajeza política
definitivamente vergonzante, sino que deja al desnudo la fragilidad de los
mecanismos de control interno del Banco de Reservas de la República Dominicana.
En el primer aspecto hay que admitir que se trata de la acción más radical y
perversa del grupo de Mejía contra el Presidente del PRD, con lo que desesperadamente
persigue descalificar política y moralmente a Vargas Maldonado ante las bases
de su propio partido, como expresamente lo revelara temprano este martes
Milagros Ortiz Bosch: “No puede confiar la base de nuestro partido en una
persona que confunde el ejercicio de la oposición con el favor político”.
En lo
que respecta al Banco de Reservas, la denuncia del sector PPH no repara en
dañar la imagen del banco más solido del país, el mejor referente de que es
posible que los políticos hagan cosas bien hechas desde el Estado, lo que
explica su poca voluntad para manejar con prudencia documentos internos puestos
en sus manos, inexplicablemente emanados de las más altas esferas de la
institución bancaria.
Naturalmente, esa aviesa postura no quita se censure a
funcionarios del Reservas que se prestan a la bajeza de filtrar documentos
secretos para apoyar a un sector en rebeldía dentro de un partido de oposición.
Uno supone que desde ya está en marcha la purga de rigor y que los responsables
de este desafuero, no solo serán destituidos sino puestos al servicio de la
justicia dominicana.
Descubrir la verdad para nada parece una tarea difícil en
este caso, basta con descubrir vínculos entre ejecutivos del banco y enemigos
de Vargas Maldonado que operan desde trincheras mediáticas conocidas.
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