STANISLAW PEÑA/El
autor es escritor y critico literario
José Ingenieros nació en Buenos Aires en 1877. Comenzó a
escribir hacia 1897. Fue siquiatra, psicólogo y profesor universitario. Fue
ante todo un científico. Filosóficamente, se hallaba influido por el
pensamiento positivista, que rechazaba toda forma de metafísica y se atenía
básicamente a los hechos demostrables por la ciencia, aludiendo con cierta
frecuencia a su posición experimentalista, positivista y antimetafísica.
Hay dos ideas fundamentales que están presentes en la
mayoría de los trabajos filosóficos y sociológicos de Ingenieros. Son, el
evolucionismo y el perfeccionamiento argentino. La idea evolucionista tiene su
origen en Darwin y Spencer. Del evolucionismo podríamos obtener el afán de
perfeccionamiento y la sobrevaloración de la individualidad, aspecto, este
último, que entronca directamente con las ideas románticas y liberales que
dominaron gran parte del siglo XX. El ideal de perfeccionamiento se
desarrollará en Argentina, no por el desarrollo interno de sus propias fuerzas
y virtualidades, sino por la colaboración única, por el aporte y el trabajo
exclusivo de la “raza” blanca, la raza europea: la lucha de la Generación de
Mayo contra Rosas es vista como la lucha de la raza euro-argentina contra la
raza gaucha o hispano-indígena. El racismo de Ingenieros es evidente. Solo la
raza blanca podría llevar adelante a Argentina. Siguiendo la política de
Estados Unidos, Ingenieros proponía poblar las pampas argentinas de inmigrantes
europeos.
Ideales de
Ingenieros y de Sarmiento
El ideal de la raza argentina de Ingenieros se parece
mucho al ideal anti hispánico de Sarmiento. Para los dos, la situación se
simplificaba en el hecho de que había que cambiar al hombre argentino: “las
mentes mediante la educación y a los hombres mediante la inmigración”. Estos
fueron los deseos de Ingenieros, pero la realidad era distinta. El positivismo
de Spencer, individualista, pragmático, utilitario, había llevado al
enriquecimiento de los mismos grupos oligárquicos.
El hombre
idealista-El hombre superior: Influencia de Nietzsche
Dentro del concepto del hombre idealista se encuentra
englobado el concepto de hombre superior, que es una forma del superhombre. En
Ingenieros está presente de manera muy marcada, el influjo de Nietzsche. El
superhombre nietzschiano es un ser que se encuentra por sobre todas las
flaquezas y las limitaciones del hombre común. Los dos tienen sistemas de
valores y de moral diferentes. El superhombre puede ser cruel, inhumano para el
concepto del hombre común. Exactamente lo mismo dice Ingenieros. Su hombre superior
no puede ser medido con las reglas ordinarias de la ética mayoritaria. Si la
honestidad es, para la mayoría, una virtud, para el hombre superior, no.
El hombre superior es siempre un creador. No importa mucho
si lo que crea es el bien o el mal. En el concepto del hombre común, Ingenieros
no puede menos que mostrar su agradecimiento a Nietzsche y recalcar la afinidad
de su pensamiento con éste filósofo. En el pensamiento de Nietzsche está
implícito un problema muy grave, que luego generaría toda la cuestión nazi, la
intolerancia, la inhumanidad. Ingenieros sigue el mismo camino con su idea de
hombre superior; pero no sabemos lo que este argentino hubiera pensado si
hubiera llegado a conocer los pormenores ideológicos que generó el movimiento
nazi en Alemania que desencadenaron después la Segunda Guerra mundial.
Socialismo
positivista
En su afán por incentivar la formación y aparición del
hombre superior, Ingenieros expresa su odio más firme y enconado hacia todo
aquello que impida el progreso, la adquisición de un ideal, la búsqueda de un
individualismo selectivo.
Forma de gobierno
La única forma de gobierno que Ingenieros acepta y
aconseja a los pueblos, si es que desean progresar y hundirse en el marasmo de
la mediocridad es, una aristocracia. Este es el ideal, la utopía de Ingenieros.
Antimetafísico
José Ingenieros desprecia toda forma de metafísica. Toda
clase de pensamiento que no tenga sus raíces y fundamentos en la experiencia,
en los hechos. Así como el positivismo europeo había sido una reacción contra
el pensamiento idealista, así, el positivismo americano, el de Ingenieros en
este caso, es una reacción contra el escolastismo. Su pensamiento es
antimetafísico, antirreligioso, no trascendental.
Religión y
superstición
Ingenieros reduce la religión a la categoría de
superstición ingenua, risible. Cree que si se acepta un sistema religioso, como
el cristianismo, se tendrá que aceptar como reales –y no simbólicos- los
relatos bíblicos.
Los sistemas de
valores y la sociedad ideal
Dentro de la sociedad ideal que propone Ingenieros, los
sistemas de valores cambian. Recordemos que es el superhombre el que crea
códigos morales que los demás siguen. La honestidad deja de ser virtud para ser
simple incapacidad. Ingenieros apunta: “Los honestos se esfuerzan por merecer
el purgatorio… La honestidad no es una virtud, aunque tampoco sea un vicio…” La
virtud no es para Ingenieros, un concepto que emane propiamente de lo moral, no
es un principio ético. La virtud está en el conocimiento, en la ciencia, en la
práctica científica, en la cultura.
Obra representativa
Las obras más
importantes de José Ingenieros son:
► “El hombre mediocre” (1913), una reflexión
amplia, sostenida para condenar la enorme mediocridad humana y exaltar las
excelencias de individuos excepcionales. Este libro, constituye un documento
indispensable para
analizar uno de los derroteros del pensamiento latinoamericano de su tiempo.
► También se destacan “Las fuerzas morales”, “Los
tiempos nuevos” y “Hacia una moral sin dogmas”, de contenidos similares a la
anterior.
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