Por Francis Frías
Nagua, Republica Dominicana, 11 julio 2013.- A pesar de
sus fallas ante la sociedad, Henry Ortiz fue un jugador de baloncesto superior
de mucha pimienta.
Era la especie de jugador rápido por excelencia, era a la
vez buen amigo, desde luego con sus altas y bajas.
Llego un momento que recibió el apoyo de un equipo de
personas que por un tiempo lograron regenerarlo, sin embargo tormentas de las
misma sociedad, lo volvieron a llevar a vida anterior.
Hoy sus compañeros del baloncesto, repito con sus altas y
bajas lo lloraron.
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