Los
anuncios gubernamentales con relación
a la reducción de la pobreza solo tiene cabida
en las paginas pagadas en los
diarios impresos, en tanto,
al común de
los más de
siete millones que
sufren la vaciedad estomacal, los
mismos no llegan, todo, dado
la insulsa soflamería de
quienes por más de
diez años nos
vendieron la utópica esperanza
de mejoría, empero, esta
si llego, pero solo a los afortunados
que ayer nos
llenaron la alforja de promesas,
empero, hoy como jeques petroleros, dado la dolce
vita que observan, se burlan
de la escatológica miseria
en que han situado a los
pendejos que depositaron su fiducia
en ellos. Texto y foto : Reynaldo
Hernández Rosa.
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