Y NO SE DESCARTA QUE LA CIFRA PUEDA AUMENTAR MÁS
Washington EFE.- Al menos 91 personas, 20 de ellas niños,
han muerto en Oklahoma City, en el centro-sur de EEUU, a causa del tornado
gigantesco que ha asolado la zona en las últimas horas, informó hoy The New
York Times.
Amy Elliot, portavoz de la oficina del forense de la
localidad, confirmó la muerte de 91 personas, incluidos los niños, y no se
descarta que la cifra pueda aumentar más, según el diario.
Fuentes hospitalarias han cifrado en 145 el número de
heridos, de los cuales 70 son menores, por los efectos del potente tornado, que
ha arrancado casas y levantado automóviles, además de destrozar al menos dos
colegios.
Las autoridades han asegurado que muchas personas siguen
atrapadas y los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros, en
particular en el suburbio de Moore, donde han tenido lugar los mayores daños,
según el diario.
Al menos siete e los niños fallecidos eran alumnos de la
escuela elemental Plaza Towers, en Moore, que quedó reducida a escombros, y
donde se ha rescatado a algunos menores, pero la búsqueda continúa ante el
temor de que muchos sigan atrapados.
También la escuela elemental Briarwood de Moore recibió el
impacto directo del tornado, según las autoridades.
El tornado, de más de tres kilómetros de diámetro, duró
unos 40 minutos y cumplió un recorrido de unos 32 kilómetros entre
las poblaciones de Newcastle y Moore.
Entre los edificios afectados hay dos escuelas, un cine y
un hospital y se teme que cientos de familias han perdido sus hogares.
El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) señaló que fue
un tornado de categoría EF4, la segunda máxima, con vientos de hasta 320 kilómetros por
hora.
Se da la circunstancia de que en 1999 otro tornado afectó
a Moore, destruyó parte de la localidad y mató entonces a 41 personas.
"Estamos haciendo todo lo que podemos para encontrar
a los que estén heridos o desaparecidos", declaró en una comparecencia de
prensa la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin.
"Necesitamos muchas oraciones esta noche",
añadió la gobernadora.
El presidente de EEUU, Barack Obama, habló por teléfono
con Fallin tras ser informado de la devastación provocada por el tornado para
expresar su preocupación por lo ocurrido y por todos los afectados, indicó la
Casa Blanca.
De acuerdo con Obama, la agencia federal de emergencias
(FEMA) ya ha puesto a un equipo de asistencia a disposición de las autoridades
locales y estatales para apoyarlas sobre el terreno en todo lo que sea posible.
El gigantesco tornado golpeó a Oklahoma City apenas unas
horas después de que en la madrugada del domingo al lunes otros tornados
sacudieron el estado y se cobraron la vida de por lo menos dos personas, además
de dejar casi una treintena de heridos y unas trescientas casas
destruidas.
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