LONDRES. (BBC
Mundo). La tragedia de una mujer que
murió quemada en un pueblo de Papúa Nueva Guinea vino a recordar este jueves
que ese oscuro y misterioso fenómeno sociocultural conocido como
"brujería" no cerró en la Edad Media, sino que sigue vigente en
muchos puntos del planeta.
La mujer, de 22 años, fue acusada de matar al hijo de una
vecina con prácticas hechiceras en el pueblo de Mount Hagen. En represalia, al
parecer fue torturada con un instrumento de hierro y amarrada antes de ser
rociada y quemada con gasolina por familiares del joven y otros habitantes de
la localidad.
Casos como éste, que comienzan con una acusación de
brujería y terminan con un trágico desenlace, son una realidad que se repite en
muchas sociedades del mundo hoy en día.
A pesar de que en cierta medida lo que se sabe sobre la
brujería está basado en la especulación, varios estudios han señalado que la
llamada religión de la magia actualmente tiene miles de adeptos alrededor del
mundo, incluida América Latina.
Hace ya medio siglo que el médico Serge Raynaud, creador
de la Gran Fraternidad Universal con sede en Caracas, se convirtió en el
primero, y casi el único, que lo ha puesto en cifras: entonces dijo que había
al menos 200 millones de brujos modernos, fetichistas y brujos de tribu de
sectas en la Tierra.
Hoy tratar de establecer el número de quienes practican, o
sólo creen en brujería, es un asunto tan elusivo como misterioso es su
práctica.
"No hacemos nada siniestro como adorar al diablo y no
llevamos a cabo sacrificios animales o humanos", dicen brujos británicos.
La brujería se da en diferentes grados y
"formatos". Mientras hay una versión quizá simple, ésa que practica
una santera en una plaza de mercado, también hay otras de profundas
consecuencias, como la que se vio este jueves en el país oceánico de Papúa
Nueva Guinea.
La brujería contemporánea se suele homologar a la Wicca,
una religión noepagana predominante con incidencia en Occidente. No obstante,
no son necesariamente lo mismo.
En agosto pasado generó gran controversia la salida a la
luz pública de un grupo de brujas y brujos británicos que decían sufrir de
discriminación y rechazo social.
Myrdinn, el jefe del aquelarre en el condado inglés de
Lancashire, le dijo a la BBC en ese momento: "No hacemos nada siniestro
como adorar al diablo y no llevamos a cabo sacrificios animales o
humanos".
"Honramos, y damos gracias a la naturaleza.
Celebramos las estaciones. No se trata de sangre. En primavera, celebramos la
vida y el renacimiento y después en el invierno, la decadencia y la muerte para
darle paso a nueva vida", señaló.
La brujería en Papúa
Nueva Guinea
En algunas partes de ese país isleño se suelen reportar
muertes misteriosas por enfermedades de las que se culpan a brujos sospechosos.
Varios informes en los últimos años han surgido acusando a personas,
generalmente mujeres, de matar por medio de brujería.
En 2009, tras una serie de asesinatos, el presidente de la
corte Constitucional de Papúa Nueva Guinea dijo que los defensores estaban
utilizando las acusaciones de brujería como una excusa para justificar
asesinatos, y pidió una legislación más estricta para abordar el problema.
El obispo cristiano local, David Piso, le dijo al diario
National que los asesinatos por brujería son un problema cada vez mayor, e
instó al gobierno "a que proponga una ley que detenga esa práctica".
La embajada de EE.UU. en la capital, Port Moresby, condenó
el suceso como un "asesinato brutal" que es evidencia de
"omnipresente violencia de género" en Papua Nueva Guinea.
Cuando se habla de la brujería en México muchos la
catalogan de ser un "negocio lucrativo" más que un fenómeno
ancestral.
En el Mercado de Sonora, en Ciudad de México, se suelen
ver brujos y hechiceros que dicen vender por cifras que superan los US$100 diferentes
prácticas para "mejorar su suerte".
No existen cifras oficiales, pero -según reporta la cadena
Univisión- en el Mercado hay 404 puestos que se dedican a la santería.
El antropólogo de religiones y presidente de la Asociación
Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER) Elio Masferrer Kan le
dijo al portal Quo que por cada 3.500 personas podría haber hasta 100 brujas y
brujos.
"En México y en América Latina hay millones y
millones de brujas y brujos, porque la magia no es exclusiva de un género y
esta´ tomando mucha fuerza; de hecho, hay distintas corrientes y niveles. Es
común que cada clase social tenga sus propias brujas", declaró.
Por ejemplo, la organización para la infancia de las
Naciones Unidas (UNICEF, por sus siglas en inglés) reportó en 2010 que un
número cada vez mayor de niños en África occidental y central están siendo
acusados de practicar la brujería.
La agencia de la ONU dice que esas acusaciones a menudo
conducen al abuso físico y el abandono de los niños.
En África -un continente que con dificultad se puede
generalizar- hay gente que consulta brujos con regularidad para curar
enfermedades o encontrar pareja.
Sin embargo, en el continente africano con frecuencia se
encuentran cuerpos mutilados cuyos órganos se remueven para el uso de prácticas
mágicas.
En un campamento en Ghana viven refugiadas casi 1.000
mujeres acusadas de brujería.
En el norte Ghana hay un campamento de refugiados donde
viven al menos 1.000 mujeres que son acusadas de brujería.
En un reciente reportaje de la BBC -en el que se habló con
ellas y se visitó el lugar- se constató que las mujeres sufrían de
estigmatización social y eran forzadas a pagarle tributos al hombre que maneja
el campamento.
Las acusaciones de brujería que terminan en trágicas
muertes, como la que ocurrió el jueves en Papúa Nueva Guinea, son un problema
de varias sociedades del mundo, cada una con sus matices particulares.
En septiembre del año pasado una colombiana señalada de
ser bruja en un pueblo de Antioquia fue quemada hasta la muerte.
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