BBC Mundo
Cuando una cadena de noticias
australiana publicó la identidad del "Prisionero X" el martes, la
oficina del primer ministro de Israel les pidió a los editores de medios
locales que "cooperen y retengan la información relacionada a un incidente
que es muy embarazoso para cierta agencia del gobierno".
Cuál es la agencia, de qué
información se trata, qué es lo embarazoso, son todas preguntas que mantienen
el caso envuelto en una nube de misterio.
Una nube que ya se asomaba
densa en 2010, cuando se supo que un prisionero de la cárcel de la ciudad de
Ramla se había suicidado. Entonces los medios lo reportaron. Pero tuvieron que
llamarlo "Prisionero X" o "Sr. X", porque no se reveló su
nombre.
Poco después el gobierno
decretó un estilo de medida cautelar para que la información sobre el caso no
se hiciera pública. Y así fue: los medios se olvidaron del "Prisionero
X" y lo que se había publicado sobre el caso desapareció.
"Si tú le preguntas a un
periodista israelí -incluso informalmente- qué sabe del caso del
"Prisionero X", se pone evidentemente incómodo", dice la
corresponsal de la BBC en Jerusalén, Yolande Knell.
Ahora, sin embargo, la agencia
pública de noticias australiana, ABC, se aventuró a desenmarañar la historia
del "Prisionero X".
La televisora investigó y le
puso nombre y profesión: lo identificó como Ben Zygier, un judío australiano
que aparentemente era espía de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad.
Las limitaciones impuestas por
el gobierno de Israel no pudieron impedir que la noticia, de todas formas, le
diera la vuelta al mundo.
Horas después de pedir la
"cooperación" de los editores, la oficina del primer ministro israelí
relajó las restricciones. Ahora la prensa local puede citar medios
internacionales, pero no puede producir material propio.
"No es común que Israel,
un país que se precia de defender la libertad de expresión, decrete estas
medidas", dice Knell. "Pero cuando lo hace se lo toman muy en
serio".
¿Qué pudo pasar para que Israel
tomara dicha decisión?
En medio de especulaciones
El ministro de Exteriores
australiano, Bob Carr, anunció una revisión del caso del "Prisionero
X".
Esa es la pregunta que muchos
se están haciendo y nadie está en la capacidad de responder con completa
certeza. Desde el principio, el caso del "Prisionero X" se ha
manejado en medio de especulaciones.
La investigación de la ABC,
aunque revela la identidad del prisionero, aseguró que no pudo verificar por
qué fue arrestado, cómo murió y si de verdad se trata de un espía del Mossad.
Lo que sí pudo comprobar es
que, en 2001, Zygier entró al ejército Israelí y se radicó en ese país. Tenía
una esposa y dos hijos pequeños.
"Es común que Israel
reclute judíos de otras nacionalidades en sus fuerzas de seguridad (...) Muchos
de ellos se cambian su nombre judío por uno anglo", asegura la ABC.
Y Zygier habría sido uno de
ellos: se lo cambió a Ben Alon.
Después de ser arrestado por la
misma agencia en la que supuestamente trabajaba, el legendario Mossad, Zygier
fue puesto bajo máxima seguridad en una cárcel que se construyó para el asesino
del presidente israelí Yitzhak Rabin, asesinado en 1995.
Tras su muerte, el cuerpo de
Zygier fue recuperado y trasladado en avión a Melbourne. Lo enterraron en el
cementerio judío Jevra Kadisha.
Su familia nunca se pronunció y
rechazó las entrevistas con la ABC. El gobierno australiano se mostró
preocupado y dijo que no le hizo seguimiento al caso porque la familia no lo
pidió.
¿Traición?
La prensa local ya puede citar
medios internacionales, como en el caso del diario Haartz (foto), pero no
pueden producir información propia.
Mientras Zygier estaba
arrestado, la Asociación de Derechos Civiles israelí (ACRI, por sus siglas en
inglés) dijo que era "alarmante que el prisionero se mantuviera
incomunicado y nadie supiera nada de él".
La respuesta del fiscal al
comunicado de la ACRI fue que "la medida cautelar es vital para preservar
la seguridad nacional, así que no podemos comentar este caso".
Se dijo que era monitoreado por
cámaras, que ni sus guardias sabían su identidad. Esas medidas de seguridad
hacen que algunos duden de la versión de que el prisionero se suicidó.
"El misterio más grande es
por qué Zygier fue encarcelado bajo semejante secretismo", dijo la ABC.
Las fuentes de la cadena
australiana en ese país dicen que tuvo que haber hecho algo "extremo"
para que le dieran ese tratamiento.
Un exespía internacional
australiano, Warren Reed, le dijo a ABC: "Tuvo que haber tenido algo que
ver con espionaje o traición: información muy, muy sensible que se sabía podía
ser una amenaza inmediata para Israel como Estado nación".
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