SIDNEY, Australia.- Estados Unidos y Nueva Zelanda
realizaron durante la Segunda Guerra Mundial pruebas secretas de una bomba
diseñada para causar un gran tsunami capaz de inundar las zonas costeras,
informó la prensa australiana.
El plan fue revelado por el autor neozelandés Ray Waru,
después de descubrirlas cuando examinaba documentos e informes guardados en el
archivo militar de Nueva Zelanda con el propósito de recabar información para
su nuevo libro.
Waru dijo, en una entrevista con la cadena de radio ABC,
que las cerca de 4.000 pruebas efectuadas en la península de Wanngaparaoa,
cerca de la ciudad de Auckland y ahora un paraje muy concurrido por los
excursionistas, demostraron que la bomba era un arma viable.
El programa de pruebas, denominado "Proyect
Seal", comenzó en 1944, y según apunta el escritor, la bomba que perseguía
desarrollar tenía como objetivo destruir instalaciones militares en la costa de
Japón para abrir vías a una invasión del país asiático.
Según indagaciones realizadas por este escritor, la bomba
que se desarrolló con el apoyo logístico del gobierno de Nueva Zelanda y la
tecnología aportada por el de Estados Unidos, llegó a tener potencia suficiente
para causar una ola de "10
a 12
metros de altura".
La pruebas arrojaron el resultado de que una única
explosión no podía producir un tsunami, pero que la detonación de dos millones
de kilos de explosivo repartidos en diez cargas colocadas en línea y a unos
ocho kilómetros de la costa podían crear olas de un tamaño destructivo.
El plan, de acuerdo a Waru, fue apartado definitivamente
en 1945, unos meses antes de que en agosto de aquel año aviones de la fuerza
aérea estadounidense arrojaran las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas
de Hiroshima y Nagasaki.
En 1999, el diario New Zealand Herald informó de que
documentos desclasificados por el gobierno indicaban de que en Nueva Zelanda se
habían hecho pruebas para desarrollar una bomba con capacidad para causar
grandes olas.
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