Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, ¿esos dos cómicos
españoles? Los cantautores llegan el viernes a Miami como parte de su gira Dos
pájaros contraatacan para ofrecer un concierto en la American Airlines Arena,
un espectáculo que describen como una suerte de “ music hall en el que cada uno
canta sus canciones y los dos cantamos las de los dos”.
Entre canción y canción, intercalan bromas, esas que nacen
de una larga amistad y colaboración profesional en la que han escrito temas a
cuatro manos, “a veces pintando la canción y otras salpicándola”.
“Nos tomamos a broma a nosotros mismos, pero las canciones
las cuidamos como una gardenia”, reconoció Sabina. Mientras Serrat señaló que el
concierto debe estar “hilvanado pero no cosido” porque si no, terminarían
enredándose en el escenario en conversaciones que solo ellos entienden.
Los cantautores conversaron con El Nuevo Herald desde el
hotel Hilton de Los Angeles el martes, y como un antecedente del buen humor que
traen a Miami aprovecharon la confusión que se genera al escuchar sus acentos.
“Yo soy el que tiene la voz más dulce, y es que en general
soy más dulce”, bromeó Serrat, describiendo la unión entre ellos como “una
especie de Frankenstein en que cada quien hace de sí mismo y también del otro,
y a veces se da una tercera situación en que no somos ni el uno ni el otro”.
“A él lo reconozco fácilmente. A mí, a menudo también”,
siguió la onda Sabina, añadiendo que le encantaría pelear con Serrat porque
esto les daría un buen material para contar en las entrevistas, pero que, por
el contrario, se llevan muy bien. “Somos una pareja moderadamente feliz. Debe
ser porque no hay sexo”.
Esta buena convivencia explica que hayan podido pasarse casi
todo el 2012 de gira. En México solamente ofrecieron 13 conciertos, donde
recibieron, el 31 de octubre, el Premio Luna del Auditorio Nacional de México,
que les fue entregado por la escritora Angeles Mastretta. El presente tour, una
continuación de la gira Dos pájaros de un tiro (2007), cierra en diciembre con
un show en el estadio del Boca Juniors en Argentina. El concierto programado
para el domingo 18 de noviembre en Nueva York fue cancelado por los efectos del
huracán Sandy.
“Las diferencias entre nosotros son el pegamento de la
relación. Quedan aparcadas por el respeto y cariño por la otra persona”, dijo
en tono más serio Serrat. Sabina, por su parte, contó que la gira es una buena
oportunidad para viajar y tomarse unas copas juntos, cada uno respetando el
espacio del otro.
Serrat ha vuelto a ser el bromista y dice que si pasan
tres días extraña a Sabina y comienza a mirar el teléfono que no suena.
“Me encantan las sardinas y Serrat me trae latas”, contó
Sabina, aprovechando para ofrecer la recomendación de no ponerse “la lata de
sardinas por los hombros, si van a ver a una mujer, sobre todo por el peligro
de los gatos”.
Así también nos enteramos de que Sabina tiene siete gatos
y Serrat un perro llamado Pepe. “Mi perro es como un gato, lo llamas y no te
hace caso”, contó Serrat, quejándose de que a Sabina sí lo recibe muy cariñoso
y le mueve el rabo cuando lo visita.
A esta altura de la conversación los acentos no se
confunden. Si alguna duda quedara, Joaquín es el del sombrero bohemio y la fama
de picaflor, ese que nos enseñó que para olvidar un amor hace falta 19 días y
500 noches. Joan Manuel es el del traje negro y pinta austera, el que empezó
cantando solo con una guitarra en catalán, y después llevó la canción de autor
en español por todo el mundo; el que nos hizo creer que el Mediterráneo no es
simplemente dominio de marineros sino un rincón de la memoria donde escondido
tras las cañas uno vuelve a contemplar el primer amor.
Serrat, por su parte, ha cantado varias veces en Miami, no
tantas como en La Habana, donde dio su primer concierto en 1972 en el histórico
teatro Amadeo Roldán. El 12 de octubre de 1996 comenzó su gira Vuelo de pájaro
en el James L. Knight Center del downtown, y una de las paradas de ese mismo
tour fue en La Habana al año siguiente. Los boletos para su concierto se
revendían a la entrada del teatro a $5, una cantidad considerable para un
cubano común.
Sabina, sin embargo, cantó por primera vez en Miami el 23
de octubre del 2011 en la Arena. Ya para entonces lo había hecho varias veces
en La Habana, donde, desde el balcón de su habitación en el hotel Nacional,
escribió su canción Postal de La Habana.
Ambos saben que sus seguidores los esperan. No tienen
ninguna ceremonia para propiciar un buen concierto, “como no sea mirarnos desde
una esquina a la otra abajo del escenario, y bailarnos mutuamente para hacernos
el payaso a nosotros mismos”, contó Sabina.
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