Por: Redacción DH
Ante las sentencias pueblanas que reflejan paradojas se
encuentra el comportamiento de la doctora Aura Celeste Fernández, quien se ha
pasado el tiempo dando cátedras de moral y buenas costumbres y, sin embargo,
los hechos no la acompañan.
Aura Celeste fue jueza de la Junta Central Electoral
(JCE), durante dos períodos (octubre 1994-mayo 1997 y noviembre 2006-octubre
2010). A su salida de la entidad recibió una pensión de RD$175,267.8., unos
RD$58,000 más que lo recibido por sus demás excompañeros exjueces, por retiro,
según datos publicados en la página Web de la JCE: www.jce.do.
Mientras eso pasa, el expresidente de la JCE, Ramón Manuel
Morel Cerda, se queja por recibir una pensión de sólo RD$ 111 mil mensuales,
pese a que presidió el organismo durante tres procesos electorales.
Ante la lluvia de críticas generadas por diversos sectores
a su pensión , Aura Celeste Fernández respondió que para dicha asignación la
normativa no exigía más que un período de gestión en el organismo electoral y
que ella había laborado por más de 20 años en distintas instituciones del
Estado.
“El dinero no compra mi conciencia, ni me ha hecho, ni me
hará tirar por la borda los principios que he procurado respetar toda mi vida”,
finaliza la exmiembro de la Junta Central Electoral.
La pensión de Celeste Fernández sólo supera la del
entonces presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, cuyo monto es de
RD$205,798.32.
A principios de julio de 2009, la doctora Fernández
provocó un “avispero” cuando acusó al entonces presidente de la Cámara
contenciosa de la JCE, Roberto Rosario, de crear un sistema de “terror” que
obligaba al silencio de los funcionarios.
Dijo entonces que la JCE manejaba un presupuesto de casi
RD$2,500 millones y que sus miembros no tenían conocimiento de su ejecución,
porque el tema nunca había sido puesto en la agenda del Pleno.
Sostuvo que la Cámara Administrativa ejecutaba obras con
un valor por encima de los RD$400 millones, sin que los contratos hubieran sido
conocidos y autorizados por el Pleno.
El entonces presidente de la Junta Central Electoral
(JCE), Julio César Castaños Guzmán, calificó de calumnias las acusaciones que
le hizo la jueza de que él había suscrito contratos sin la autorización del
Pleno.
Mientras que el presidente de la Cámara Administrativa,
Roberto Rosario, advirtió que nadie le imponía su agenda y catalogó como una
campaña mediática los cuestionamientos sobre la ejecución del presupuesto.
En noviembre de 2006, cuando se afirmaba que la entonces
flamante jueza titular de la JCE, habría sido propuesta por el entonces
presidente Leonel Fernández y un sector de la Iglesia Católica, para presidir
el organismo comicial, la doctora Aura Celeste puso como condición que ninguno
de sus compañeros magistrados de entonces fuera ratificado.
La magistrada también rechazó que la composición de las
cámaras Administrativa y Contenciosa, que es una decisión del Pleno del
tribunal, se hiciera atendiendo a compromisos previos de la dirigencia
política.
Su actitud fue reprobada a lo interno y se llegó a
plantear en medio de la polémica que ocupaba otros cargos en el Estado, como
directora de la Escuela Nacional del Ministerio Público, en violación a la
Constitución y las leyes. Esta situación adquirió tanta dimensión, que el
presidente de la JCE recurrió el caso ante la Cámara de Cuentas, en busca de
una opinión técnica sobre la ilegalidad de los incentivos, pero este organismo
se declaró incompetente y todo quedó ahí.
El comportamiento de la doctora Aura Celeste Fernández
contrasta con la imagen que proyecta su esposo, el doctor Guillermo Moreno,
presidente del Partido Alianza País (AP), quien recientemente sometió por ante
la Procuraduría General de la República al expresidente Leonel Fernández y dos
de sus colaboradores, el senador Félix Bautista y Víctor Díaz Rúa, a los que
responsabiliza del déficit fiscal de RD$183 mil millones.
Moreno depositó una denuncia penal, aportando presuntos
elementos de prueba, donde evidencia que el exministro de Obras Públicas,
Víctor Díaz Rúa, y el exdirector de la Oficina de Obras Supervisora de Obras
del Estado, Félix Bautista, sobrevaluaron la construcción de dichas obras.
Asimismo, en la denuncia, se acusa al exmandatario Leonel
Fernández de haber utilizado dinero del Estado en el pago de la llamada
“nominilla”, y de emplear unos RD$40 millones en la campaña de su partido.
Lamentablemente, tal y como sentencia el viejo refrán,
quien tiene casa de cristal no puede lanzar piedras al vecino.
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