Han intentado matarlo más de 160 veces, envenenándolo,
electrocutándolo, disparándole.
Han escrutado sus pasos, día a día, buscando
oportunidades, instantes peligrosos, desde el 26 de julio de 1953, sobre todo
desde el primero de enero de 1959.
Han gastado más de sesenta años asediándolo, amenazándolo,
advirtiéndole y prediciendo su inminente muerte.
Le han diagnosticado todas las enfermedades conocidas o
secretas, y hasta han puesto inútiles fechas a su entierro…Y Fidel ahí. (¡Qué
tontos! No se convencen que el líder continental más importante del siglo
veinte pertenece a la Historia y es, por tanto, inmortal).
Por Ramón Colombo
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