Jelpis Job Méndez Guillermo es un joven de 25 años nacido
y criado en San Cristóbal. Es el segundo hijo de cuatro, su padre es militar
retirado y su madre ama de casa. Estudió en el Politécnico Loyola donde se
graduó como tecnólogo electricista industrial.
En 2012, Méndez Guillermo participa en un proyecto entre
el Tecnológico de Monterrey y la fábrica automotriz Suzuki para modificar un
vehículo para ser manejado totalmente por internet. Hoy cursa su Maestría y se
ha marcado una meta: "resolver el problema de la energía eléctrica en
República Dominicana".
Diariolibre.com entrevistó a Jelpis Job Méndez Guillermo
vía Gtalk, la cual se se ofrece a continuación:
Te fuiste a estudiar al Tecnológico de Monterrey, ¿cómo
sucedió eso?
Ingresé a un programa que se llama ¨Los 100 Mejores de Latinoamérica¨
en el año 2008, que es un acuerdo entre el MESCyT y el Tecnológico de
Monterrey.
Por entrar al mismo consta con un 100 % de beca de
colegiatura en la universidad y una manutención ascendente a 500 dólares
mensuales. En 2007 hice todos los exámenes y pasé por una serie de entrevistas,
y al final resulte premiado con la beca, junto a 8 compañeros más que vinieron
en ese momento conmigo a Toluca. De República Dominicana vinimos más en esa
ocasión.
¿Para entrar a es programa que requisitos tenías que
cumplir?
Para entrar al programa tenías que tener al menos un
promedio de bachillerato de 90, al menos que viniera del Politécnico Loyola en
donde solo te pedían 80. Además tenías que haber sacado al menos 1350 de 1600
en la prueba de ingreso al Tecnológico y finalmente pasar por una serie de
entrevistas con el promotor de crecimiento y desarrollo para América Latina del
Tecnológico de Monterrey, en aquel momento Miguel Cantú. Yo estudié en el
Politécnico Loyola, de ahí me gradué como Tecnólogo Electricista Industrial con
promedio de 91.2. En la prueba de ingreso saqué 1418.
¿Qué te motivó a entrar en el programa?
Yo trabajaba en Edeeste, era coordinador Técnico Zonal.
Era un trabajo de muchas responsabilidades lo cual no me dejaba avanzar en mis
estudios. Estaba inscrito en APEC en Ingeniería Eléctrica en ese momento. No
llegaba a clases, siempre tenía una junta o que terminar un informe... decidí
buscar la forma de dedicarme a mi carrera. Exploré todas las opciones y en ese
momento en el periódico anuncian una beca para el Tecnológico de Monterrey. En
la primera entrevista que me hizo Miguel Cantú me aprobó la beca, así que solo
tocó llenar dos maletas de ropa y venir a México. Vine como Ingeniero
Mecatrónico, pero desde el primer semestre me cambié a ingeniería mecánica
eléctrica.
¿Cómo fue el primer año?
En cuanto a exigencias, no era tan difícil sobrellevarlas
ya que estaba acostumbrado a un ritmo de trabajo acelerado. Lo difícil fue
acostumbrarme al clima y la comida. La ciudad donde llegué, Toluca, es una
ciudad muy fría, el día que llegue estaba a - 4 grados... era un frío
insoportable y en cuanto a la comida, todo llevaba picante... ¡hasta los
dulces!
Entonces ya estás avanzado en tus estudios, comes picante,
te acostumbras al frío... ¿cómo surge el proyecto del carro?
Lo del carro surge como una idea de Suzuki Motors de
México, los cuales quieren causar un boom en el lanzamiento de su nuevo modelo
Suzuki Swift 2013. El gerente de promoción y post venta, María Acuña, se acerca
al Tecnológico de Moneterrey a buscar quién pudiera hacer que un carro se
manejara por internet. En ese momento lo refieren a Julian Echeverry, Director
de Carrera de Ingenieria Mecánica y Diseño Automotriz. Él fue mi director de
carrera durante la ingeniería, Mario le platica esta idea loca a Julián un
jueves, pidiendo un presupuesto para el lunes. Julian me llama por teléfono, me
comenta lo del proyecto y me dice que necesita alguien que lo ayude en la parte
electomecánica, los implementos necesarios para hacer que el carro sea controlable
y que necesita un presupuesto inmediatamente.
En principio cuando me comentó del tiempo que teníamos
para realizar el proyecto, de un mes, yo le dije que era un proyecto al menos
de un semestre.
Al final hice unos cálculos de tiempo y acepté, aún
escéptico por la cuestión del poco tiempo, ese fin de semana estuvimos haciendo
el presupuesto y el lunes le expusimos a Mario Acuña todos los implementos que
debería llevar el coche y lo que iba a costar hacer todo. Aceptó sin titubear y
nos dijo "en dos horas le traigo el carro y por dinero no se preocupen,
ustedes díganme qué necesitan".
Al final comenzamos el proyecto, haciendo jornadas de
entre 12 y 16 horas diarias hasta que lo sacamos y terminamos haciendo mucho
más de lo que ellos querían. Ellos solo querían que una persona le diera a una
tecla en su computador y el carro se moviera un metro, pero nosotros en la
emoción del momento le fuimos agregando controles y más controles hasta que
logramos tener casi un 100 % del manejo del coche a través de la computadora.
También se buscó impulsar lo que es un consorcio
empresa-universidad, lo cual está a la orden del día aquí en el Tecnológico.
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