LLAMA A REFLEXIONAR SOBRE EJERCICIO ÉTICO DE BOSCH; AUNQUE
RECONOCE AVANCES, VE ALGUNOS POSTULADOS ESTÁN PENDIENTES
Deyanira Polanco
Santo Domingo El 49 aniversario del derrocamiento del
expresidente Juan Bosch debe ser una fecha para reflexionar en lo que ha sido
el aporte de su gobierno en las diferentes expresiones para la construcción de
la democracia, basado en el respeto a la dignidad humana, el rescate de los
valores esenciales, el ejercicio ético de la vida pública y la construcción de
una ciudadanía responsable.
Así lo plantea la historiadora Carmen Durán, quien afirma
que el período del 25 de septiembre del
1963 cuando fue derrocado el profesor Bosch a la fecha, ha sido también una
escuela de lucha de participación y de sacrificios de muchos dominicanos y
dominicanas.
Dice que ha habido avances, pero que muchos de los
postulados del profesor Bosch, como los del patricio Juan Pablo Duarte, están
por cristalizarse.
“Estos 49 años que distancian entre ese fatídico 25 de
septiembre de 1963 y este 2012 han sido también una escuela de lucha de
participación, sacrificios, de logros significativos también en las diferentes
esferas de la vida institucional dominicana, pero también, como referencia,
obliga a que entendamos que muchos de estos postulados esenciales están aún por
cristalizar, están aún por tomar forma y por ser una expresión permanente que
garanticen que nunca jamás en la sociedad dominicana se puedan dar situaciones
como las que se produjeron como
consecuencia de ese golpe de estado”.
La catedrática universitaria refiere que esa experiencia
del gobierno del profesor Bosch, que a su juicio significó un espacio de
respecto a la dignidad humana y de rescate de los valores esenciales de ideas
liberales en este país, es un acontecimiento que marcó definitivamente los años
subsiguientes.
“Y que podemos entender el acceso de la democracia ese 20
de diciembre de año 1962 (cuando fue electo presidente) como la consecución de
toda una larga lucha expresada por los dominicanos en el siglo XX y que, en
definitiva, tiene como punto de referencia obligada para rescatar esos valores
esenciales, para cimentar la libertad de expresión, la libertad de pensamiento,
el esfuerzo por la cristalización de una sociedad más equilibrada y más justa. Este acontecimiento, repito,
debe servirnos como marco de reflexión obligada”, puntualiza.
En ese sentido, también destaca el sacrificio de hombres y
mujeres que lucharon para darle continuidad a la democracia que inició con el
profesor Bosch, tras 30 años de dictadura, y que fue abortada el 25 de
septiembre de 1963 con el golpe de estado.
Dice que el punto más notable y profundo en aras de rescatar la soberanía
popular burlada con ese golpe de estado lo significó el alzamiento de Manolo
Tavares Justo y los jóvenes que hicieron suya esa vocación democrática.
“Y ofrendaron sus vidas en pro de que se rescatara esta
voluntad popular burlada como
consecuencia de la intolerancia de los sectores más retardatarios de la
sociedad dominicana de entonces, varga decir la iglesia católica, varga decir
la oligarquía, varga decir la todavía enquistada trayectoria de los núcleos del
trujillismo vigente, varga decir los designios imperiales de los Estados
Unidos, todo ese conciliábulo de factores negativos que no podían aceptar que
el pueblo dominicano se diera un gobierno digno y decente, un gobierno
cimentado en el respecto a la libertad y
la democracia como lo fue el gobierno de Juan Bosch” indica.
Al hace un recuento de la lucha que buscaba restaurar al
poder al profesor Bosch, refiere a que la misma la revolución de abril de 1965,
que describe como otro de los episodios de mayor luz en la lucha política y
social que se haya planteado la sociedad dominicana.
“Entonces el 1963 es un punto de referencia y el 1965 es
un hito y los años que van del 65 hasta el 2012 continúan siendo referentes
para rescatar esa vocación libertaria del pueblo que enfrenta luego 12 años de
un gobierno autoritario de persecución y de atraso, como los fueron los
primeros 12 años del gobierno de Joaquín Balaguer”.
Dice que los pueblos y la historia de los pueblos están en
permanente proceso de desarrollo, de asenso, de superación de los errores para
no repetirlos, y esa trayectoria se consolida cada vez más que se hace conciencia de la necesidad del fomento de los
valores éticos y de la adquisición de
una conducta cívica ciudadana y
comprometerse más con la patria.
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