El Capo, Rosario Tijeras, El Cartel de Los Sapos, Las
Muñecas de la Mafia,
La Reina del
Sur, La Mariposa,
Poder Paralelo, La Ley
y el Orden, entre otras, son algunas de las series y telenovelas de origen
colombiana y brasileña, que en los últimos tres años han alucinado a
dominicanos y dominicanas a través de la pantalla chica.
La mayoría de estas series provienen de historias reales
de los principales líderes en los carteles del narcotráfico en el continente
americano. Este paradigma de telenovelas se ha difundido en la República Dominicana
con mínima censura sobre las operaciones de narcóticos y promoviendo lo que se
conoce como sicariato (la ejecución de personas por dinero). Sin lugar a dudas
este tipo de drama se ha convertido actualmente en el consumo y seducción por
excelencia de la población, en general.
Entre las producciones que mayor audiencia y respaldo de
importantes empresas comerciales recibieron se pueden mencionar: El Capo,
Rosario Tijeras, El Cartel de los Sapos y la Reina del Sur.
El Capo, escrita por Gustavo Bolívar, sobre la vida de los
principales narcotraficantes colombianos, rompió todos los records de audiencia
durante su difusión por Teleantillas, canal 2 y fue la preferida de los
dominicanos.
Otras que se convirtieron en una obsesión para los amantes
de la “pantalla chica” fue Rosario Tijeras y la Reina del Sur, transmitidas,
la primera por Antena Latina, canal 7; la segunda, por Telesistema, canal 11,
las cuales generaron diversos comentarios entre niños, niñas, adolecentes y
adultos por su alto contenido de violencia y escenas sexuales.
También las series El Cartel de Los Sapos y Las Muñecas de
la Mafia
difundidas por Telesistema, canal 11, fueron producciones que absorbieron a la
teleaudiencia y promociones en el país.
En lo que va de año, la serie que se ha comercializado
como “pólvora” a través de la piratería en el país, es la vida del
exnarcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria “El Patrón del Mal”,
uno de los fundadores del Cartel de Medellín. Además de tráfico de droga a gran
escala, las telenovelas muestran los asesinatos de manera violenta de un gran
número de altos funcionarios de los diferentes gobiernos de esa nación.
Narcotráfico y
Sicariato
En varias oportunidades las autoridades dominicanas
responsables de la lucha contra el flagelo de las drogas denunciaron la
operación del Cartel de Sinaloa en las provincias de Santiago, La Vega y el municipio de
Jarabacoa y la intención de recibir ayuda de grupos criminales dominicanos en
la región del Cibao, a fin de adquirir químicos usados en la preparación de
narcóticos.
Según las informaciones, con el arresto del piloto Joaquín
“Chapo” Guzmán, jefe del peligroso grupo y otro presunto miembro de esa
organización criminal, se elevan a diez los traficantes mexicanos que han sido
capturados y expulsados del país en los últimos 14 meses, vinculados al
fugitivo capo.
La sociedad dominicana en los últimos cuatro años ha sido
testigo a través de los medios de comunicación de la violencia que deja marcada
el narcotráfico. Entre los casos más impactantes se pueden enumerar:
1- La ejecución de siete extranjeros vinculados al mundo
de las drogas, en una plantación cañera de la comunidad de Paya, Baní,
provincia Peravia, el 4 de agosto de 2008, por miembros de la Marina de Guerra.
2- En el año 2011, sicarios vinculados al narcotraficante
José David Figueroa Agosto ejecutaron al coronel José Amado González González,
Omar Lantigua y Rubén Soto Hayek, entre otros.
3- El asesinato del comunicador José Silvestre, encontrado
muerto en la comunidad El Peñón, próximo a Sabana del Soco, entre La Romana y San Pedro de Macorís.
Ante la grave situación de violencia y el auge del
narcotráfico en la
República Dominicana, este multimedios Dominicanoshoy,
preocupado por la situación actual, consultó a varios expertos de la sociedad
para determinar si las transmisiones de los mencionados espacios televisivos
han influido en la población.
En ese sentido, María Teresa Cabrera, expresidente de la Asociación Dominicana
de Profesores (ADP), entiende que en la situación de violencia generalizada por
la que atraviesa el país inciden diferentes factores como: la garantía de los
derechos fundamentales por parte del Estado; la impunidad y la ausencia de
regulación de los medios de comunicación que transmiten cualquier programa.
No obstante, señaló que los medios tienen la posibilidad
de llegar a un universo de personas ilimitadas y poseen un poder de influencia
muy grande: “pienso que es un factor que está vinculado a la indiferencia y
actitud que las autoridades han asumido con la problemática del narcotráfico y
la criminalidad, los cuales, combinados con las demás variables constituyen una
bomba de tiempo”, expresó Cabrera.
Igualmente, resaltó la dirigente social que la realidad
que vive la
República Dominicana es preocupante: “se hace necesario una
articulación de la ciudadanía para propiciar la presión suficiente y propuestas
de políticas públicas, con el fin de revertir el cuadro de la criminalidad que
azota a la nación”.
De igual opinión es Fidel Santana, sociólogo y catedrático
de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo (UASD), quien precisó que el tema
de la criminalidad, narcotráfico y consumo de drogas está determinado por
múltiples elementos; pero, entiende que hay un efecto de exhibición y de moda
por parte de las telenovelas, que contribuyen a mostrar y dejar ver la entraña
de ese flagelo, lo que ejerce una influencia negativa, en especial en los
jóvenes.
“La televisión y las telenovelas no deben ser utilizadas
como vehículo para la enseñanza del mal, sino como prevención de los males que
este modus operandi crea en las familias y la sociedad”, explicó Santana.
Josefa Castillo, psicóloga y diputada por el Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), puntualizó que con la difusión de las
telenovelas sobre el narcotráfico se está promoviendo un modelo de
comportamiento en menores y adolecentes del personaje ideal con quien ellos
quisieran identificarse.
“El aprendizaje también se asimila por modelamiento,
debido a que todo lo que gravita alrededor de los infantes y adolecentes
deviene patrón que van a elegir para formar su propia conducta y personalidad”,
aclaró Castillo.
De igual forma, consideró que la familia debe tener
cuidado, ya que las autoridades competentes han perdido el control en función
de la programación y transmisión de este tipo de contenido.
La psicóloga y legisladora aseguró que también la música
expresa mensajes subliminares y genera violencia en el seno de la población.
Castillo cree que la familia, así como la Comisión de Espectáculos
Públicos y Radiofonía, debe tomar el control de la situación, ya que se
formarán en los hogares modelos de personalidades negativas como las que
transmiten esas telenovelas.
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