Por Antonio Peña
Mirabal
La impotencia del PPH para impedir la caída -
estancamiento que experimenta el
agrónomo Hipólito Mejía en la preferencia electoral, frente al ascenso sostenido de la candidatura del Lic. Danilo Medina, lo
ha llevado a poner en práctica acciones basadas en mentiras y en
falsificaciones de documentos. Esa es una
práctica común de ese grupo perredeísta, ya que en el pasado lo hizo contra el
actual presidente de la república, Dr.
Leonel Fernández.
Cuando un candidato no puede exponer planes porque carece de credibilidad,
entonces tiene que echar mano a lo que está haciendo el candidato del PPH:
desinformación, mentiras, inventos, improperios, irrespetos, maltratos verbales
y físicos, asedio a periodistas,
etc. En esa práctica de baja intensidad,
un grupo de letrados al servicio de esta facción, se ha inventado lo de la
¨Dictadura Constitucional¨, una forma de pretender desmeritar lo que el pueblo
en las urnas le ha concedido al PLD.
El adefesio de la ¨Dictadura Constitucional¨ se contrapone
a la realidad del país. El Congreso Nacional no se ha utilizado para hacer una
modificación constitucional que busque satisfacer apetencias personales del
presidente de turno, como sucedió en el 2002, en pleno ejercicio gubernamental
del hoy candidato del PPH, que para hacer una constitución que restableciera la
reelección presidencial, fue capaz de comprar, con dinero del quebrado
BANINTER, 10 legisladores peledeístas
que se prestaron a dicho despropósito. ¿Olvidaron estos demócratas en piyamas
esta acción del presidente Mejía? ¿Cuál es el nombre que le pondrían a esta aberrante
acción? ¿Es democracia o dictadura?
La Junta Monetaria, en lo que va de gobierno del
presidente Fernandez, no se ha utilizado
para hacer concesiones graciosas e ilegales a amigotes del presidente de turno,
como ocurrió en el gobierno del presidente Mejía ante la crisis bancaria que su
incapacidad y la de su equipo económico
no pudo contener. No solo se
violentó la Ley Monetaria devolviendo depósitos por encima de lo que ella
establece, sino que se emitieron miles
de millones de pesos inorgánicos para devolverles los depósitos a los
amigotes del presidente Mejía, en franca violación a la ley y por ende
a la constitución dominicana. ¿Y a este abuso de poder, intelectuales
cantinflescos, como lo llamarían? ¿Acaso no es la dictadura de la complacencia?
Durante los ocho años de gobierno del PLD y el presidente
Fernández, periodistas mal
intencionados, en un ejercicio poco transparente de la profesión, no solo lo
han calumniado sino que le han faltado
el respeto, sin que ello haya provocado
una acción que limite e intimide la práctica periodística en el país.
Cuando gobernaba el
presidente Mejía, a dos periodistas de la Línea Noroeste se les ocurrió hacer una encuesta de
preferencia electoral entre Mejía y el Diablo,
la cual Mejía perdió bochornosamente. Este hecho puso en acción la
maquinaria avasallante de Pepe Goico, y gracias a Dios hoy sobreviven para
contarlo. Varios periodistas fueron
intimidados, presionados, vejados, por la maquinaria de Pepe Goico, en un afán
desmesurado de protección a su amo.
Durante los cuatro años de gobierno de Hipólito la prensa dominicana
estuvo en jaque casi siempre, al mejor estilo de lo que los letrados en piyama
llamarían, ¨ la Dictadura Mediática¨.
El sofisma de la ¨Dictadura Constitucional¨ es una intención
fallida, porque a los sectores sociales
a quienes está dirigida dicha acción, tiene suficiente materia gris como para
dejarse embobar por este disparate de los intelectuales cantinflescos del PPH.
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