El Mundo
PEKÍN. Sospechoso de haber asesinado a unos veinte
muchachos, de haberlos trozado, de haber vendido en el mercado de su pueblo
parte de los restos como “carne de avestruz” y dado lo que quedaba a sus
perros, un hombre fue detenido por la policía en el suroeste de China.
El caso fue revelado el viernes por el portal chino de
información Guangxi News y un cotidiano de Hong Kong, The Standard.
Zhang Yongming, de 56 años y quien ya había estado en la
cárcel por homicidio, fue detenido a fines de abril en el marco de la
investigación sobre la desaparición de un muchacho de 19 años, anunció Guangxi
News.
La policía descubrió en su domicilio, en el poblado de
Nanmen (en la provincia de Yunnan, suroeste de China), el teléfono móvil y una
tarjeta de crédito de la víctima. Según las fuentes, los investigadores
sospechaban que podían relacionar este caso con otros, en la medida que 17
adolescentes habían desaparecido de la localidad en los últimos años.
Entre las personas cuyo paradero se desconoce, había
algunas que vivían sólo a unos metros de la casa de Zhang.
“Zhang Yongming es un monstruo caníbal”, comentaron
algunos aldeanos citados por el portal internet, agregando que habían visto
bolsas de plástico verde colgando delante de su casa, dentro de las cuales
podía verse osamentas.
Según el cotidiano The Standard, la policía descubrió en
el domicilio del sospechoso decenas de globos oculares conservados en botellas
de licor.
Los investigadores también encontraron restos de carne,
aparentemente humana, colgando en la casa para ser secada, según el cotidiano.
La policía indicó que era posible que Zhang alimentara a
sus perros con carne humana, parte de la cual vendía en el mercado
presentándola como “carne de avestruz”, agregó The Standard.
Contactada por la AFP, la policía local rechazó
manifestarse, explicando que las informaciones serían comunicadas “en el
momento oportuno”.
Según Guangxi News, Zhang, un hombre solitario que no
tenía contacto con sus vecinos, ya había cumplido una condena de unos 20 años
por homicidio.
Pekín envió un equipo de investigadores a la región para
supervisar las investigaciones sobre la desaparición de los muchachos, y dos
jefe de la policía local fueron destituídos, anunció la agencia Nueva China.
Los familiares de los muchachos pensaban que éstos habían
sido secuestrados y forzados a trabajar ilegalmente en fábricas de ladrillos,
prácticas aún muy habituales en las regiones rurales chinas.
El gobierno exigió que este asunto fuese solucionado lo
antes posible, agregó la agencia oficial.
El viernes, prácticamente ningún portal de la red Internet
en China daba cuenta de este caso, como tampoco había comentarios de lectores
en portales de noticias.
Habitualmente, si bien la censura expurga todo contenido
políticamente delicado, los internautas pueden expresarse libremente incluso sobre
los sucesos más sórdidos, y la prensa entrega una profusión de detalles para
atraer a sus lectores.
Pero el canibalismo sigue siendo un sujeto sensible en
China, pues fue practicado durante el Gran Salto Adelante en los años 50, un
episodio dramático de la época maoísta que provocó la hambruna y decenas de
millones de muertos.
Algunos casos menos frecuentes de “canibalismo político”
se registraron durante la revolución cultural (1966-76), cuando hubo cuerpos de
enemigos de la revolución comunista que fueron consumidos.
Para Joseph Cheng, de la City University de Hong Kong,
provincia fronteriza con Yunnan, “un caso como éste refleja el lado atrasado de
la sociedad” que “perjudica la imagen de la provincia y es probablemente lo que
explica el que el caso trate de ser ocultado”.
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