Por Agencias
REDACCIÓN.- Dos sucesos en Colombia y México este fin de
semana han puesto de relieve el peligro que corren muchos periodistas en
América Latina, una de las regiones más peligrosas para ejercer la profesión de
informador, según varias organizaciones.
En el país norteamericano, la
corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, Regina Martínez, apareció
muerta el sábado en el baño de su domicilio con signos de estrangulamiento.
La policía está investigando
aún el fallecimiento de Martínez, que durante 30 años de carrera se había
especializado en información de narcotráfico y corrupción de las autoridades.
En la selva colombiana, el
periodista francés Romeo Langlois, corresponsal de la cadena France 24 que
acompañaba al ejército colombiano, desapareció el sábado durante un ataque de
la guerrilla de las FARC.
Aunque el canciller francés,
Alain Juppé, dijo este domingo que Langlois había sido secuestrado, el ministro
de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, precisó más tarde que por el momento
sólo se puede decir que está “desaparecido” y apeló a la prudencia, según
informa el corresponsal de BBC Mundo en Colombia, Arturo Wallace.
Ambos incidentes se producen en
la misma semana en que en Brasil murió por disparos de un desconocido el
periodista Décio Sá, y en Honduras, falleció de manera similar el presentador
de televisión, Noel Alexander Valladares Escoto.
Con la muerte de Sá, que era
conocido por sus polémicas denuncias a políticos, el número de periodistas
fallecidos violentamente este año en Brasil asciende a cuatro; mientras, en
Honduras se eleva a 18 la cifra de periodistas asesinados en los últimos dos
años.
Autocensura
El periodista brasileño Décio
Sá recibió un disparo mientras comía en un restaurante.
Las asociaciones de periodistas
de la región advierten que informar sobre narcotráfico o corrupción en muchos
lugares de América Latina supone jugarse la vida.
América Latina fue en 2011 la
región más peligrosa del mundo para la integridad de los periodistas, y en
especial México, según un informe de la entidad International Press Institute
(IPI).
Reporteros sin Fronteras, por
su parte, considera a la región como la segunda más peligrosa, por detrás del
Medio Oriente. Según las cifras que da la organización francesa en su informe
de 2011, en Medio Oriente murieron violentamente ese año 20 periodistas, y en
América Latina 18, de los cuales 11 perdieron la vida en México.
Las consecuencias de la
violencia para periodistas no solo las sufren los profesionales, sino toda la
sociedad, según las asociaciones de prensa.
Periodistas de México y
Colombia reunidos esta semana en Chile advirtieron que muchos medios de la
región se autoimponen la censura cuando informan sobre actos de violencia.
Durante el encuentro, el
WAN-IFRA (en inglés, Asociación Mundial de periódicos y publicistas), se
pusieron ejemplos de medios de comunicación que están implantando protocolos
para proteger la seguridad de sus reporteros.
Así, en el periódico El Siglo
de Torreón, una de las cabeceras más importantes del violento estado de Sinaloa
(noroeste), los periodistas no firman las informaciones sobre hechos
delictivos, según expuso el subdirector del diario.
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