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La muerte no existe: Cómo trabajar con este tipo de transformación

sábado, 17 de septiembre de 2011

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

Por Ma Prem Bhama / Especial para ELNUEVODIA.COM
Hay tres temas de los que a muchas personas no les gusta hablar: sexo, dinero y muerte, este último por ser el más doloroso.
Cuando tenemos una pérdida, las personas se nos acercan con palabras de aliento, pero esto no disminuye el dolor.
La lógica nos dice que no hay que sufrir, que esa persona estará mejor, que es un proceso natural de la vida y que el dolor pasará. No obstante, en el momento de la pérdida la mente se ofusca y el dolor es tan intenso que literalmente no podemos respirar, sintiendo dolor en todo el cuerpo.

Como es natural, el llanto surge espontáneamente al hablar del ser que trascendió a un nuevo y mejor estado de conciencia y no podemos ver que esa persona está en su lugar de origen, está con el divino creador o en un estado de profunda calma esperando a renacer.
¿Por qué la muerte nos da tanto miedo? ¿Por qué nos duele tanto que un ser querido deje su cuerpo? Buda dijo que la raíz del sufrimiento es el apego. Hay que reconocer el apego, soltar y observar nuestros estados mentales para poder trabajar con cada uno de ellos: negación, coraje, frustración y aceptación.
El sufrimiento llega porque no hemos asimilado que la muerte no existe y que es parte de la vida. Que todos los días en cierta manera, estamos muriendo. Un ejemplo de este renacer y morir es nuestro cuerpo, ya que las células mueren y renacen diariamente.
La muerte es una transición y una transformación. Es el fin de una etapa y principio de otra. Al no tener esta información, pensamos que esta vida física es para siempre y entramos en negación.
Nos reusamos a mirar de frente el dolor y a trabajar con él; porque en esta sociedad de gratificación instantánea la medicación es la orden del día, las pastillas para calmar "los nervios" se venden como pan caliente y nadie quiere sentir dolor. Prefieren estar adormecidos que estar conscientes y alertas.
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional, Buda. Podemos escoger mirar el dolor de frente, observarlo, sentirlo, trabajar para aprender el arte del desapego y llorar.
El llanto alivia y nos ayuda a soltar el dolor, la frustración, el coraje y la impotencia. Por eso es importante trabajar la pérdida y no quedarnos en la noria del sufrimiento y evitar la depresión. Si no puedes sobreponerte al dolor y entras al mundo del infierno que es el sufrimiento incesante, busca ayuda de un profesional de la salud, aférrate a tu camino espiritual y toma acción.
La vida sigue y no se detiene por nada ni por nadie. Puede ser que pienses que tu vida nunca volverá a ser igual, aunque sí puedes escoger vivir en paz y feliz.
La autora es coach de vida certificada. para contactarla puedes escribirle a maprem@onelinkpr.net.


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