¿Quién no ha sentido “apuro”, por decirlo en buen dominicano, cuando amigos y familiares les piden con insistencia que les permitan cargar al hijo recién nacido, que con tanto cariño ellos han ido a visitar? Pregunta larga, respuesta difícil. Negarse es un problema, pues corremos el riesgo de ser tildados de sobreprotectores o mal educados, pues acunar al pequeño es una muestra del afecto y alegría que produce en los allegados a la pareja el nacimiento del bebé.
La mayoría cedemos sin saber si esas manos afectuosas están limpias o son portadoras de algún virus (algo tan común como la gripe).
Las abuelas, sabias como el tiempo, si que no tienen reparos en negarse o mandar a los visitantes al lavamanos antes de tocar al peque. A los tíos cariñosos y poco prudentes, ellas dan un consejo viejo, pero muy bueno: “Los Niños se besan en los pies”.
No son cosas de viejos, la advertencia tiene mucha lógica, la saliva es portadora de virus y bacterias benignos para los adultos, en cambio, a los recién nacidos estos amigos microscópicos pueden causarles serios problemas.
Es necesario hacer conciencia, cuando te toque visitar a una recién parida evita tocar a su bebé y si lo haces, un cariñito en los pies es un gesto que expresa tu alegría y que protege al chiquito.
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