jueves, 7 de abril de 2011

ORLANDO DICE: La lucha de ahora se hace a la sombra


Orlando Gil/Listin Diario
LUIS.-
El rapapolvo de la dirección del PLD al dirigente Luís de León revela dos cosas que coyunturalmente son importantes, aunque no decisivas. La primera, que los núcleos contrarios a la actual administración son más sensibles que el propio gobierno, pues la réplica de un don nadie políticamente hablando les preocupa y temen. La segunda, que el oficialismo no tiene el propósito de aplicar la ley del Talión, y devolver golpe por golpe, sino que será permisivo hasta la resignación. De León actúa por su cuenta, y sus compañeros toman a broma sus incursiones en los medios de opinión, y su Fuerza Boschista no es más que una entelequia. En el PLD hay varios dioses menores, pero De León no es uno de ellos. Ahora ¿Por qué se le desautorizó en la ocasión si es recurrente en defender el gobierno de su partido? La idea no era tanto amonestarlo, sino complacer a sectores que se sintieron afectados, y pidieron saber si ese pronunciamiento involucraba a la organización. Entre los intrigantes hubo gente de iglesias.
PASCUAS.-
Estas reacciones bajo cuerda nunca se conocen en detalles, con nombres y apellidos, pero expresan una conducta dual y explican porqué desde las alturas del poder no se acogen muchas de las denuncias que se hacen públicamente. La simulación, la doble cara, el entreguismo: verdadero papier-maché. Esto es, que hay sectores que lanzan torpedos y hacen creer que existe una animosidad que no es más que una máscara de papel para sorprender incautos. Después van por detrás, aclaran razones o motivos, y en su mundo siguen tan fraternales como antes. ¿Hay reales tensiones entre las iglesias y el gobierno? Si se parte de los documentos que se conocen, o de las voces que se pronuncian una a una, pero con apariencia de coro, la actual administración vive de espaldas a Dios, en concubinato con los demonios. Sin embargo, los funcionarios de todas las categorías, incluyendo al propio Presidente de la República, se mueven en los templos como si fueran oficiantes, y los curas ponen cara de tanto agrado como si fueran Pascuas...
CHUPETAS.-
El presidente Leonel Fernández, quien por formación ideológica es hombre de partido y no de iglesia, parece que ve más allá de la sacristía, pues hace años, en uno de sus tres períodos, corrigió a uno de sus funcionarios y les aconsejó a todos que no discutieran con curas y con... ¿Estaría pensando Reinaldo Pared en esa antigua amonestación para desautorizar a De León en su diatriba contra los sectores que reclaman del gobierno, incluyendo las iglesias? No hay porqué dudarlo, puesto que el secretario general del PLD hace las veces de bombero y apaga fuegos sin que lleguen a verse las llamas. Pero el gobierno no solo pone sordina a las aparentes discordias con las iglesias, sino igual con otros núcleos de la sociedad. Los empresarios, por ejemplo. ¿Cómo se explica que en los momentos de más agria disputa con las autoridades, sus representantes aparezcan sonrientes en los pasillos del Palacio Nacional? Incluso, dicen, en diligencias de tipo personal. No solo de garatas viven los empresarios, o las empresas, y el gobierno, cuando quiere, actúa como barbero de niños y reparte “bolones” entre  los fastidiosos...
SIN PELEA.-
Estas experiencias llevan a pensar que para el gobierno muchas de las manifestaciones que se producen a diario, o en los medios o en las calles, no son más que fuegos de artificio, y las acepta como entretenimiento colectivo. La impresión es que el gobierno no quiere pelear de frente, y tal vez lo mejor, no necesita hacerlo. Hay acciones, y parece lo tiene comprobado, que si no encuentran resistencia, se consumen en el propio esfuerzo. No quiere decir que un día no pierda la paciencia, y de hecho, hay funcionarios que no se contienen. Pero, por ejemplo, los muchachos de la Plaza España, no es una manifestación que obligue al gobierno a nada. Mientras las demandas se hagan con guitarras, y hasta con violines, no hay por qué preocuparse. Los políticos, incluso en campaña, se dieron su vuelta por el lugar, pero andaban de turistas, como los extranjeros que frecuentan la zona. Hay quienes han exagerado la nota y comparan ese acto con Siete Días con el Pueblo. No. Los nostálgicos tienen buena memoria y saben que eran otros tiempos y otras circunstancias. La lucha de ahora es muy cómoda, se hace a la sombra...

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