domingo, 2 de enero de 2011

La Iglesia Católica, culpable que los dominicanos perdieran parte de la isla y surgiera la república de Haití


Por Dr. Frank Peña
Luego del Descubrimiento en 1492 la Corona española anunció un monopolio económico y religioso en América, apoyándose en las Bulas del Papa Alejandro VI del 3 y 4 de mayo de 1493. Pero, éso a mitad del siglo XVI era sólo una ilusión. Porque España era la potencia de menor desarrollo económico en Europa y no tenía el poder para administrar todo el Nuevo Mundo.
La isla de Santo Domingo, al lado de Cuba, donde se instaló la Primera Colonia Española (1492), la Primera Economía del Oro (1493), La Primera Economía del Azúcar (1520), es buena muestra de esa ilusión.
Lo mismo que pasaba con Sevilla, el único puerto de la isla que podía recibir barcos españoles con manufacturas, o para llevar materia prima a España, era el de la ciudad Santo Domingo. Por tanto, en 1550 si una persona vivía en el Oeste de la isla, a 800 kilómetros, y quería vender o exportar pieles de vaca, cañafístola para purgante, maderas preciosas, etc., y conseguir telas, jabones, cera, zapatos y correas debía cruzar bosques y ríos que parecían mares en esos días para llegar a la capital de la colonia.
Pero, la frecuencia de los envíos de naves desde Sevilla a la isla era un problema mayor que el monopolio del puerto de la capital. Porque la media anual de barcos que anclaban en la ciudad de Santo Domingo era de dos a mitad del siglo XVI.
Para 1555 España había recibido de América (la mayor parte de Santo Domingo) una riqueza de 101 (cientoún) millones 345 mil ducados, pero debía a banqueros alemanes radicados en Holanda 52 millones 800 mil ducados; por éso en 1560 la isla tenía un déficit de unos 8 años de productos manufacturados en Europa

De 1570 a 1590 en la isla se desarrollaron dos fenómenos paralelos: La mayoría de las personas emigró a otros puntos de América, dejando la isla casi despoblada, y el ganado sin dueño se multiplicó de manera acelerada. En 1570 la ciudad capital Santo Domingo tenía unas 2,400 personas blancas; Cotuí 100; Puerto Plata 150; Santiago 100 y Montecristi 100.

El Censo de 1606 muestra la isla como una colonia de animales, con apenas 1,157 familias de raza blanca (unas 5,700 personas), algunos sacerdotes y varias monjas, y 9,648 esclavos negros, mientras que sólo en el Oeste, entre mansas y cimarronas había medio millón de vacas sin dueños.
España abandonó su primera colonia a su suerte, para enfocarse en puntos continentales como Perú y México, y por eso en 1600 el trueque o contrabando de mercancías era una Institución Social; casi todos los residentes de la isla, incluyendo la mayor autoridad, el Gobernador, negociaban ilegalmente con aventureros de naciones enemigas de España, como Inglaterra, Portugal, Francia y Holanda.
Todo se complicó cuando el Arzobispo de Santo Domingo Nicolás Ramos escribió al Rey Felipe II en 1598 denunciando el contrabando o trueque incluyendo el TEMA RELIGIOSO; era un acto peligroso pues ese Rey de 1555 a 1598 tenía UN PROMEDIO de mandar a quemar vivas 97 personas, por año, acusadas de HEREJES. Veamos lo dicho por el Arzobispo al Rey Felipe II (paréntesis de FP).

"Señor: Esta Ysla va por la posta a perderse assi en la xrispiandad (cristiandad) de las obras como en lo que toca a la fe de Xripto (Cristo), porque en seis o siete puertos que ay en ella acuden de ordinario yngleses o franceses EREJES y los vecinos (las familias) de aquellos puertos y aun muchos desta cibdad (ciudad capital) tratan (hacen contrabando) con ellos (los herejes extranjeros), compran y venden y harta veces comen carne con ellos en dias vedados (de ayuno obligatorio), estando los unos y los en sus borracheras y los EREJES mofando de la abtoridad (autoridad) del Papa y escarneciendo de los sacramentos de la Santa Mre (Madre) Iglesia".
En otro párrafo dice el Arzobispo a Felipe II:
"...en algunos de los puertos hacen (los españoles) a los EREJES que sean PADRINOS quando BAPTIZAN (bautizan) a sus hijos . Vuestra Magestad lo rremedie por amor de Dios que la fe de muchos CATOLICOS, que con tales EREJES contratan (hacen contrabando), deve de estar ya tan delgada como un ilito de sirgo...".
El Arzobispo termina diciendo que los contrabandistas protestantes de Holanda, Inglaterra, Francia y Portugal no le bastaba con insultar al Papa sino decir que el "Rey Felipe II de España y de Indias" no es el dueño absoluto de América, pues igual derecho lo tiene la Reina inglesa.
En 1598 murió el Rey Felipe II y Felipe III lo reemplazó en el cargo; también murió el Arzobispo de Santo Domingo Nicolás Ramos en 1599. El cambio de personajes prepararía el escenario para los fines de este artículo.
En 1600 llegó a la isla el nuevo Arzopbispo Agustín Dávila Padilla, quien era miembro de la Santa Inquisición, y como fanático perseguidor de infieles y enemigos de la santidad del Papa, pondría mucha atención al contrabando de los habitantes de la colonia con extranjeros, pero no preocupado por la economía sino para enviar chismes al nuevo Rey Felipe III.
El Arzobispo, sin perder tiempo, envió al Oeste a fray Nicolás de Añasco quien, según documentos de la época, trajo a la ciudad de Santo Domingo "...muchas Biblias en Romance glosadas conforme a la seta de Luthero, y de otros hereges, que la traian los estrangeros que venian a rescatar (hacer contrabando FP)...", y que luego unas 300 de ellas fueron quemadas "...en la plaza de la Ciudad..." de la capital por orden de Dávila y Padilla.
Quemadas las biblias, el Arzobispo redactó una carta el 20 de noviembre de 1601 para decirle al Rey Felipe III que desde que llegó a la colonia en 1600 trató de erradicar el contrabando actuando como inquisidor y excomulgando personas. Decía el sacerdote al Monarca:
Los extranjeros junto con las manufacturas "...siembran estos EREJES en esta tierra los LIBROS de sus ERRORES por venir a escondidas y sin manisfestarse en aduana...luego que yo vine declare como los rrecastadores (contrabandistas FP) yncurrian en sentencia de excomunion...y abise por un edicto que rreservaba en mi esta absolucion, amonestando que quien ubiese estado un aaño sin ella seria preso como sospechoso en la fee y procederia contra el como ynquisidor ordinario...".
Finalmente, en agosto de 1603, Felipe III hizo redactar varias Cédulas Reales dirigidas al Gobernador Antonio Osorio y al Arzobispo Agustín Dávila Padilla para que todos los pueblos del Oeste de la isla fueran QUEMADOS, y que sus pobladores junto con sus animales y esclavos fundaran nuevos pueblos cerca de la capital.
El Gobernador Osorio llevó a cabo la orden real entre 1605 y 1606 y todo el Oeste (más de la mitad de la isla) se quedó sin una persona, sólo animales que al correr los años atraería aventureros, piratas, bucaneros, filibusteros, colonos, capitalistas, y, finalmente, la República de Haití en 1801.

FOTO: Dr. Frank Peña. Universidad APEC, ciudad de Santo Domingo, capital Primada de América, República Dominicana, 1987. Ultimo día de trabajo, Profesor-Investigador. Siguiente día emigro a Nueva York hasta hoy, 2010.

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