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Sócrates.

martes, 29 de junio de 2010

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

Lic .Hediberto Francisco Pichardo Santos/hedibertop@hotmail.com

La personalidad, ese conjunto de rasgos distintivitos que adornan la vida de un ser humano, requiere de varios elementos que la constituyen: honestidad, responsabilidad, justicia, amor a Dios y al prójimo, solidaridad, entre otros.

Difícil es encontrar un ser dotado de todos estos atributos, pues aparecen algunos que mínimamente reúnen una o dos cualidades de las anteriormente establecidas, pero todas juntas en una persona, esto ya es extraordinario.

En la historia humana hemos encontrados individuos extraordinarios que con su entrega en un determinado campo, hoy son ejemplos a imitar por la presente y futura generación.
Sócrates es uno de esos pocos personajes que aglutinan en si mismo todos los valores positivos y hoy por hoy se les recuerda con satisfacción y admiración.
Nació en Atenas en 469 a. de C., fue hijo del escultor Sofronisco y de Fenareta, una partera, ambos de mediana fortuna.

Ejerció el oficio de escultor luego de la muerte de su padre.

No dejó nada escrito. Lo que sabemos de él lo debemos a: los diálogos platónicos, los recuerdos socráticos de Jenofonte y a Aristóteles.

Vivió una vida ejemplar en todas las facetas.

En el campo militar, quizás el menos conocido de su vida, fue soldado y llegó a arriesgar su vida para salvar a su amigo Alcibíades en el sitio de Potidea y a Jenofonte en la batalla de Delium en el 424.

Un hombre intachable en su manera de actuar y de pensar. Por su estilo de vida fue criticado por mucha gente, pero enaltecido y reconocido por muchos más.

A él se le atribuye la hoy famosísima frase: yo sólo se que no se nada.

Creía en la existencia de un solo Dios, el Dios nuevo como le llamaba y que San Pablo frente a los atenienses denominó el Dios desconocido. Por esta forma de creer se ocasionó muchos problemas, pues los griegos eran politeístas, es decir, creían en muchos dioses.

Era amante de pronunciar charlas en público y en múltiples lugares. Aunque es preciso señalar que el no tuvo precursores.

En el campo filosófico se diferenció de los sofistas, que aspiraban a obtener beneficios personales con sus discursos.

El principio básico de su sistema filosófico descansa en la expresión o apotegma: conócete a ti mismo, de esto se llega al conocimiento de los demás pero para esto es necesario utilizar un método, el cual tiene dos partes: la ironía y la mayéutica.

La primera tiene por objeto desvanecer lo que es falso y la segunda enseña al hombre a producir el verdadero conocimiento.

En sus discursos exhortaba a los aspirantes a político al servicio a la comunidad antes de aspirar.

En el campo social proclamó la igualdad de la mujer con el hombre. Advierta el lector que planteó esto antes de Jesucristo.


Identificaba la sabiduría con la bondad.


Según el doctor Joaquín Balaguer en su obra Grecia Eterna, Sócrates creyó en la existencia de Dios y en la inmortalidad del alma.

Fue acusado contra el Estado porque no era partidario del sufragio para la designación de los funcionarios y entendía que a los cargos públicos debían ir los hombres más sabios o instruidos. También porque el repudiaba la democracia. Además, fue acusado de abogar por un cambio de religión y de política para la sociedad ateniense.

El tribunal que lo juzgó lo integraban 556 jueces y aunque eran graves las acusaciones contra el, lo que realmente inclinó la balanza en su contra fue la altivez con que se presentó ante el tribunal y el tono a veces despectivo que utilizó para dirigirse a sus jueces.

Narra Balaguer en la obra ya citada que Sócrates rechazó fugarse tal como se lo propuso su mejor amigo: Critón. Este es otro ejemplo más de lo pulcro y digno que fue este personaje.

Antes de tomar la cicuta (el veneno al que fue condenado a tomar) duró un mes, rodeado de su mujer, sus tres hijos y amigos.

Antes de su muerte, le recordó a sus amigos que debían pagarle un gallo que el le debía a Esculapio. Murió con la esperanza de conocer un mundo mejor.

Este insigne hombre tuvo varios discípulos, sin dudas el más aventajado lo fue Platón, quien junto a él y a Aristóteles conforman la triada de filósofos más destacados de la Edad Antigua.

Sócrates, fue el primer representante del espíritu crítico. Para él, el hombre es la medida de todas las cosas, pero el hombre como naturaleza y como razón.

Otro singular aporte de Sócrates lo fue el de haber sabido convertir en problemas científicos los problemas prácticos, cuya solución parecía reservada a la costumbre, a la ley o a la religión popular.

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