La soflameria periodistica cobijada en millonarios contratos de publicidad erogados del Presupuesto Nacional sale al escenario público buscando mediatizar a la población con sus agoreros vaticinios, para desviar los recientes escándalos de corruptela.
La inventiva de las gavillas de los carteles periodisticos unida a las voces circenses, que han hecho del tema narcotráfico todo un filón, ahora con la connivencia de camarlengos del patio, de cuyas miserias humanas, ocultas en estilo de vida impresionante, donde la bonanza es el fruto de acciones pestíferas, asociadas a la extorsión, federació de lacras u otras especialidades pútridas.
Convencidos estos ¨carteles¨ del periodismo bifurcado en corrientes –deportiva, política, económica, etc.- de que estas marranadas de succionadores del erario, necesitan de heraldos y voceros, así como de intelectuales que inventen y legitimen historias aviesas, al igual que coartadas morales que justifiquen sus pagos.
Es así, en esas acciones caliginosas, es que se avistan a periodistas que meses atrás mostraban sus encías despobladas, de cuyo único traje funerario y dominical han pasado a la exhibición de fortunas, que pese a que no han variado su modales de patán, empero gozan de lujos que sólo lo permite el narcotráfico, el robo y la extorsión. Claro está, con las complicidades de editores, sub jefe, jefe de redacción y directores de medios.
De los carteles de recientes catadura, uno es el financiado por el ¨movimiento cívico apartidista¨, el cual es regenteado por cáfilas de la llamada ¨sociedad civil¨. Cuantas sapiencias en los renovados ¨carteles¨ de la desaparecida libreta y el grabador.
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