Por: Juan Taveras Hernández
Es tiempo de preguntarse si las cosas que aun no se ven del pacto secreto con el presidente de
Tan pronto Leonel Fernández llegó al poder, tras un acuerdo con el presidente Joaquín, se trazó como meta inmediata destruir esa organización patrocinando la división y dándole a una parte de sus dirigentes parte del pastel del Estado.
Al cabo de unos años, el Partido Reformista se convirtió en una entelequia. Hoy no es más que una franquicia que se disputan grupos cada vez más pequeños porque de ello depende su capacidad de negociación económica. El Partido Reformista dejó de ser una fuerza política. Ahora no es más que una referencia del pasado.
Concluido el plan de destrucción del Partido Reformista, ahora el presidente Leonel Fernández va tras la caza del PRD. Intentó utilizar al ex presidente Hipólito Mejía con el caramelo de su vuelta al poder habilitándolo constitucionalmente. Pero Hipólito le dijo, personalmente, que no estaba interesado en la negociación.
Bien pudo Hipólito aceptar la tentadora oferta. Pero el precio que tendría que pagar el PRD, no Hipólito, sería muy alto. “Ni divido, ni traiciono al PRD”, me dijo luego de escuchar las propuestas que en mi presencia le hizo un emisario. Pero no todos en el PRD piensan, ni actúan como el ex presidente Mejía. Apareció alguien que sin comunicárselo a nadie, sin reunirse con ningún organismo del partido, sin pedir autorización, sin tener la categoría como dirigente, ni el nivel político, firmó un pacto “trascendental” cuyos resultados el país va conociendo lentamente. Cada día aparece un elemento nuevo. Nadie en el PRD, salvo quien lo firmó, conoce el alcance del acuerdo.
Lo que si saben todos es que el PRD ha dejado de ser un partido socialdemócrata, de centro izquierda, para convertirse en un partido de derecha, lo que si saben todos , es que el PRD no es un partido de oposición, sino un socio del gobierno, de un gobierno malo, reaccionario, perverso y corrupto. Lo que saben todos es que mientras el gobierno se fortalece aumentando la deuda eterna, el PRD se divide y se debilita, a un punto tal, que dudo pueda ganar las elecciones congresuales y municipales.
Puede ser un tremendismo de mi parte, pero no sé hasta la destrucción, división o debilitamiento del PRD formen parte de los acuerdos con el gobierno. Francamente no lo sé. Pienso que tanta torpeza, tanta sinrazón, tanto fundamentalismo basado en la fuerza, tanta brutalidad política, sean frutos de la ignorancia o la ingenuidad. ¡No puede ser! Creer que el presidente Fernández le ha pasado la antorcha del gobierno al PRD es una estupidez. Nadie cede el poder, nadie regala el poder. El poder hay que ganarlo, hay que arrebatarlo si es preciso. El presidente Fernández tratará de quedarse en el gobierno. Si no lo consigue, por una razón u otra, tratará de que sea uno de los suyos. ¡Aun queda amucho por ver!
El PRD puede ganar las elecciones congresuales y municipales. El PRD podría incluso ganar las elecciones presidenciales del 2012, pero por el camino que van las cosas, no ganará el año próximo y mucho menos en el 2012. Al contrario, el PRD se debilita. El PRD puede dividirse. El PRD puede convertirse en un Partido Reformista cualquiera. Ese es el propósito del presidente Fernández. ¡Destruir al PRD! Y para lograrlo ha introducido en el PRD un Caballo de Troya.
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