EL ACTOR CUBANO QUE SALTO A
Quien ve a PedroMoreno pistola en mano y exhibiendo la excelente forma física que ha conseguido para poder representar en la telenovela El rostro de Analía a un policía antinarcóticos que se infiltra en una pandilla de Los Angeles, puede calcular en toda su dimensión lo maduro y disciplinado que es el actor cubano.
Moreno ha logrado penetrar a fondo la psicología de su personaje, quien intenta ganarse la confianza de un mafioso representado por Gabriel Porras. ''Vi Donnie Brasco tres o cuatro veces'', cuenta de su interés en el filme de 1997 que le permitió estudiar las actuaciones de Johnny Depp y Al Pacino.
También navegó la internet buscando información sobre pandillas como
''Esta carrera no es de velocidad sino de resistencia. Son más las veces que tienes que tocar una puerta que aquéllas en las que se te abre'', comenta Moreno, de 28 años, a quien desde su niñez en San Antonio de los Baños, un pueblo en las afueras de
A los ocho años comenzó a tomar clases de karate y llegó a ser campeón de la región occidental de la isla. Cuando era adolescente, formó en su barrio, junto a unos amigos, el grupo de modelos Epoca, que bailaba con las jóvenes en las fiestas de Quince y participaba en los videos de esas celebraciones. En noviembre del 2000 se lanzó al mar en una balsa con su padre y después de una travesía de 20 horas llegó a Estados Unidos.
En esa época trabajó poniendo pisos, haciendo deliveries y como extra en varios programas por $25 diarios. De entonces data también su ''descubrimiento'' como modelo por una agencia de Miami Beach.
''Desde que subí al elevador todo me parecía grande. Había televisores por todos lados y una pasarela'', recuerda de lo que resultó ser un timo que le restó $500 de sus ahorros de inmigrante recién llegado.
''Me tomaron fotos, me hicieron una prueba de actuación y hasta me sacaron las cejas'', rememora el actor, que después de muchas llamadas regresó al edificio y no encontró ni rastro de la agencia.
Estas experiencias, que hoy recuerda con humor, le han servido para aprovechar todas las oportunidades. En el 2002 envió una apasionada solicitud para participar en el reality show Protagonistasde novela, de Telemundo, cadena que también ha producido las cinco telenovelas en las que ha participado y que ahora trasmite El rostro de Analía en horario estelar.
Moreno logró cautivar a la audiencia y quedarse en el programa hasta la penúltima semana de la competencia. Más tarde vino la propuesta de rodar en Colombia La mujer en el espejo, con Paola Reyes, y varios capítulos de Decisiones.
''Ese fue el momento que aproveché para empezar a hablar de una manera diferente'', informa del trabajo que realizó para mejorar su dicción, para lo que recibió lecciones de la actriz mexicana nominada al Oscar Adriana Barraza, quien lo recibió en su casa en Miami y le enseñó algunos ejercicios de pronunciación.
'Luego de 11 meses en Colombia, yo creía que hablaba muy neutral. Sin embargo, después de un rato de conversación, los taxistas me preguntaban: `¿Usted es costeño?' '', cuenta Moreno, refiriéndose al parecido entre la manera de hablar de los colombianos de la costa y los cubanos.
El empeño de Moreno lo condujo a compartir cartel con Génesis Rodríguez y Carlos Ponce en Dame chocolate, y con Francisco Gattorno e Itatí Cantoral en La viuda de blanco.
Es quizás su lado tierno como padre de dos niños y casado con alguien que, aclara, es del ''medio, pero de su corazón'' sin revelar más detalles lo que lo inclina hacia los personajes positivos que siempre le ofrecen.
''Me encantaría hacer un villano'', confiesa Moreno, cuyo personaje en El rostro de Analía, Cristóbal, renuncia al amor de Camila, interpretada por Ximena Duque, para protegerla. ''Ella cree que debemos estar juntos en lo bueno y en lo malo, y no entiende que yo me aleje'', dice, sin revelar si se quedarán juntos.
Y en la vida real, ¿cree en la fidelidad?
''Me considero una persona fiel. Este país es de dos, de tener una pareja, afianzarse y echar pa'alante. El que no aprenda eso está dando tumbos. Eso me da estabilidad emocional para enfrentar una carrera tan estresante, en la que siempre te están dando órdenes'', concluye.
Fuente: SARAH MORENO/ El Nuevo Herald
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