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Breve reseña de la vida del Independentista de la Republica Dominicana.

lunes, 26 de enero de 2009

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
La familia Duarte estaba constituida por los padres, Juan José Duarte Rodríguez, nacido" en la ciudad de Veger de la Frontera, en la provincia española de Cádiz y Manuela Diez y Jiménez, natural de Santa Cruz del Seibo, y siete hijos: Rosa, Francisea, Filomena; Sandalia, Vicente, Juan Pablo y Manuel.

No se sabe la fecha de llegada a Santo Domingo de Juan José Duarte, pero se supone que fue en la última década del siglo XVIII, pues e1, 4 de octubre del 1799 aparece como padrino del niño José Ramón Alvague en el registro de la Iglesia de Santa Bárbara, de esta ciudad. Máximo Coiscou Enríquez considera que debió emigrar cuando Toussaint Louverture invadió la parte española y tomó posesión de la ciudad de Santo Domingo. Al producirse la Reconquista regresó al país. "Este retorno tuvo que ser después de Agosto de 1804, pues para entonces residía en Mayagüez, Puerto Rico, donde ha debido nacer su hijo primogénito Vicente Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de ello". "Del matrimonio de Juan José Duarte y Manuela Diez no hay tampoco constancia; pues eu los libros parroquiales de la Catedral y Santa Bárbara hay sensibles vacíos. Cabe suponer que ocurriera en Puerto Rico, pues debió ser para algo de la vida civil el testimonio que dieron, a petición de Doña. Rufina Jiménez Benítez (madre de doña Manuela), los ciudadanos Magistrados y Oficiales Municipales de la villa del Seibo a 18 de abril de 1803". El padre de Duarte era contrario a Ios haitianos y a propósito de esto José Gabriel García relata lo siguiente: "Don Juan Duarte, padre del caudillo, que inició los trabajos. revolucionarios que dieron por resultado Ia creación de la República Dominicana, fue el único comerciante catalán que se negó a firmar el escrito que sus compatriotas dirigieron a Boyer .Hombre de conciencia recta y de sentimientos puros, no quiso asociar su nombre a un acto censurable; y al proceder con tanta nobleza e hidalguía, anticipó al heredero de sus virtudes la gloria de sacrificar mas tarde su porvenir por dar a sus con ciudadanos una patria que, pródiga para con todo el mundo, solo para con él no ha usado de largueza ni favores".

EI progenitor de Duarte apoyó las actividades patrióticas de sus hijos, Vicente y Juan Pablo, y a este último le facilitó una habitación del local de la ferretería que poseía para que instalara en elIa una escuela, y el 29 de Julio del 1843, vendió una casa de su propiedad para ayudar económicamente a Juan Pablo que en esa ocasión era víctima de la persecución haitiana.

La madre de Duarte fue una mujer de grandes virtudes que se identificó moralmente con sus hijos y compartió plenamente con ellos sus triunfos. y sus fracasos. El padre de Duarte murió en la. Ciudad de Santo Domingo eI 25 de Noviembre del 1843, estando Duarte ausente del país y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro que le impuso Santana, en unión de sus hijos.

Vicente Celestino Duarte nació en el 1802 probablemente en Mayagüez. Desde muy joven se dedicó al comercio maderero, a la venta de reses y los negocios de tienda en San José de los Llanos. Clemente Sosa, que lo conoció en su ancianidad dice que "tenía la mirada de hombre inteligente y bueno" y que era "muy entendido en todo" . Adoctrinado en política por su hermano Juan Pablo fue de los fundadores de La Trinitaria, y cuando la persecución de Charles Herard permaneció oculto en el este. En el 1843, en unión de Fco. del Rosario Sánchez, le dirigió una misiva a Duarte en la que recursos para la lucha revolucionaria aunque fuera "a costa de una estrella del cielo". Cuando Juan Pablo le envía a su familia la célebre carta en la que le proponía la venta del patrimonio que ésta ha recibido a la muerte del padre, Vicente Celestino aconseja a sus familiares acceder a la petición del Apóstol, y logra ser escuchado. Vicente Celestino participó en la sublevación del 27 de febrero del 1844 y formó parte de la comisión que intervino en la capitulación de las autoridades haitianas. En el I844 Santana lo deportó a los Estados Unidos y de allí pasó a Venezuela aI cabo de dos meses. En el 1848 retornó al país acogiéndose a la amnistía que dispuso el Congreso Nacional en favor de los febreritas. Del 1854 al 1856 Vicente Celestino vivió en Los Llanos dedicado a sus negocios. En el 1857 fue nombrado diputado a la Asamblea Revisora de Moca, que reformó la constitución en sentido liberal. Cuando se realizó la Anexión se marchó a Caracas, donde se reunió con Duarte, y luego regresó a la Patria en el 1864, en compañía del Apóstol. El 23 de abril del 1864 es designado pagador de las tropas restauradoras en Bermejo. Y en el ataque restaurador a San José de Los Llanos mereció el elogio de Luperón por su valor. Pasó los últimos años de su vida en Los Llanos, donde era muy querido y respetado, y allí falleció habiéndose perdido el recuerdo de su tumba. Juan Pablo, aunque no era el primogénito, logró convertirse en el personaje principal de la familia; siendo apoyado y secundado por sus padres y hermanos, en todas sus actividades patrióticas y políticas.

Cuando Duarte tuvo que marcharse al extranjero en el 1843, su padre puso el negocio a nombre de su hijo Manuel y de su nieto Vicente María Duarte, hijo este último de Vicente Celestino. Ambos le servían de auxiliares y se encargaban de llevar las cuentas, y hacer los cobros Manuel era entonces un joven de 18 anos, que aunque probablemente fuera débil de cerebro, lucía normal, como lo prueba el hecho de ayudar a su padre en las labores mencionadas. Pero cuando en el 1845 se vió obligado a acompañar a la familia en el destierro, perdió la razón y estuvo demente muchos años. Cuando sus hermanas Rosa y Francisca se disponían a regresar al país, invitadas por el Gobierno Dominicano, tuvieron que desistir de tal cosa porque Manuel se negó a volver a su Patria y sus hermanas no quisieron dejarlo abandonado. "Ni aun en su demencia quiso Manuel Duarte volver a la tierra de donde fue arrojado con tal siniestra saña, que le hizo como a Juan Isidro Pérez, perder la luz de la razón". Existe otro prócer en la familia Duarte al que no se le ha dado la importancia que merece. Se trata de Enrique Duarte hijo de Vicente Celestino. No sabemos con seguridad la fecha de su nacimiento, pero como sus padres se casaron en el 1822 debió de haber nacido en el 1823. Iniciado en la política por su tío Juan Pablo, al igual que su padre, se convirtió en un valioso colaborador de ambos y en un ferviente patriota. En el 1843 ayudó a Duarte en sus trabajos conspirativos en Venezuela. . En el 1844 participó en el consejo de familia que conoció de la petición de ayuda económica hecha por Duarte. En ese mismo año actuó en la sublevación del 27 de Febrero y acompañó a Eusebio Puello en las operaciones de la toma de la aduana y del puerto. Posteriormente fue desterrado a los Estados Unidos junto con su padre, y de allí pasó a Venezuela, donde acabó sus días.

Rosa fue una gran admiradora y colaboradora de su hermano. Y de ella dice José Gabriel García: "Mujer de talento natural y de virtudes sobresalientes, supo conservar hasta el fin de sus días en estado de pureza, todos los sentimientos nobles y delicados que le inculcaron sus padres con una educación esmerada; habiendo rendido siempre un culto especial al que entre sus deudas era don natural: el patriotismo, que no pudieron mitigar en ella, ni la justicia de los hombres, ni el rigor del infortunio. "Es fama que nunca llegó a maldecir a los autores del perpetuo destierro a que se vió condenada. con su virtuosa familia, ni aún en los momentos de mayor angustia, ni en medio de las mayores zozobras; siendo de notar que sólo alzó al cielo las manos virginales con que ayudó a hacer los cartuchos y a confeccionar las balas que se usaron en el pronunciamiento de la Puerta del Conde, para bendecir los triunfos nacionales y dar gracias a Dios por la conservación de la existencia de la República, objeto carísimo de sus encantos y desvelos" De los Duarte el único que formó familia fue Vicente Celestino. Los demás murieron solteros. Rosa Duarte fue la prometida de Tomás de Ia Concha y de ella se dice que prefirió acompañar a su madre en eI destierro antes que casarse con su prometido. De Francisca, Filomena y Sandalia diremos que la primera acompañó a su hermana Rosa hasta que la muerte se la llevó de su lado, en el 1889, y que al año siguiente la siguió a la tumba. De Filomena no tenemos. Ninguna información, y de Sandalia, la menor, diremos que falleció muy joven, probablemente a principios del I844; porque según Rosa participó en el consejo familiar que se celebró en ese año.

El 19 de marzo del 1845 Santana expulsó del país a la familia Duarte. Aludiendo a esto dice el fundador de de La Trinitaria: "...Supe que se habían expulsado algunas familias, y que como Rivier el año anterior; en el presente mi familia que se componía (porque los rnayores de 25 años estaban desterrados a perpetuidad) de mi anciana madre, cuatro hermanas, la mayor apenas contaba con 16 años, y cuatro niños el mayor de trece..." Refiere Rosa: Duarte que "cuando el Sr. Arzobispo Dr. Tomas de Portes, eI Pbro. Dr. Bonilla, Don Francisco Pou y otros preguntaban a la Junta Suprema la causa por qué se desterraba a una respetable anciana con sus niñas, amenazándolas en el pasaporte con que si no embarcaban el Gobierno se vería en el caso de emplear medidas coercitivas (?) Bobadilla les contestó: "Ellas fabricaron balas para la Independencia de la Patria, con más razón no escasearán medios ni recursos para la vuelta del hermano que lloran ausente". ¿Por qué eligió la familia Duarte a Venezuela y no a Puerto Rico, Cuba o Curazao, que eran lugares más cercanos?... Porque la madre de los Duarte tenia familiares en ese país que podrían ayudarlos en el destierro. El 6 de abril del 1845 Duarte se reunió con su desterrada familia. Veamos, a. continuación, como nos describe el encuentro con ella y el comentario que hizo al enterarse de los sucesos: "Abracé a mi querida madre y hermanos en la Güaira y legué a ese Dios de justicia el castigo a tanta iniquidad, a tanta maldad...". Con la ayuda de su negocio el padre de Duarte adquirió una modesta fortuna que situó a su familia dentro de la pequeña burguesía de su época. Parece que entre los comerciantes de la ciudad de Santo Domingo gozaba de una buena reputación, de la que se hace eco Duarte en la carta que le dirigiera a su familia desde Curazao en el 1844, ya que en ella menciona el ilimitado crédito de su padre.

La situación económica de la familia Duarte en Venezuela parece haber sido bastante buena del 1845 al 1867 porque Rosa Duarte en el 1865 compró una casa en Caracas, que diez años después vendió, y el propio Duarte al hablar de las diligencias que realizara para venir a la Patria, en el 1864, dice: "...a mi vuelta a Caracas vendí una casita en mil cien pesos::." Y en una acta notarial del 1867 aparece Duarte comprando una casita en Caracas. Parece que a partir del 1875, cuando los quebrantos de Duarte se agravaron, la situación económica de su familia se hizo sumamente mala. El Prócer pasó un año en lecho y con tal motivo sus hermanas tuvieron que hacer grandes sacrificios económicos y contraer deudas. Todavía en el 1879, o sea, tres anos después de la muerte de Duarte, le decían al Ayuntamiento de Santo Domingo, en carta que le escribieran a éste, que "aun no habían podido pagar los gastos de su última enfermedad y entierro..." En el 1883, José Prudencio Diez, tío de las hermanas Duarte, se dirigió. al Congreso Nacional en solicitud de ayuda para ellas, alegando que se encontraban "solas en tierra extranjera, sin abrigo y sin pan, rodeadas de las sombras de la miseria con un hermano menor a quien el horrible golpe del 44 que hirió gravemente a toda la familia hizo de él víctima especial privándole del uso de la razón". En Agosto deI 1884, o sea, ocho años después de la muerte de Duarte, el Congreso Nacional dispuso que se les asignara a las hermanas Duarte, que ya eran unas ancianas, una pensión vitalicia de 45 pesos mensuales y se les diera la suma de dos mil pesos fuertes para que compraran una casa en Ia ciudad de Santo Domingo. Las ancianas Duarte agradecieron en eI alma el favor que se les hizo, pero no pudieron disfrutar del mismo porque al negarse Manuel, el hermano demente, a retornar a Santo Domingo, ellas como ya se dijo, prefirieron quedarse para no dejar desamparado en Venezuela a su desgraciado hermano. Cuando en el 1884 el Ayuntamiento de Santo Domingo envió una comisión a Caracas para traer a la Patria los restos del Patricio, esta comisión pagó las deudas de las las hermanas Duarte y en el recibo que le entregaron a la comisión se expresaron así: "Obligadas por las circunstancias e impulsadas por nuestro imprescindible deber, (aunque con pena) les manifestamos que éramos deudoras al Sr. Marcos A. Guzmán de la cantidad de seiscientos pesos sencillos que nos había suministrado para atender a los muchos gastos que por espacio de un año tuvimos que sufragar en la asistencia de la penosa enfermedad y mas después en el entierro de nuestro hermano el General Juan Pablo Duarte (Q.D.E.P.). En virtud de nuestra manifestación los honorables diputados del ilustre Ayuntamiento de nuestra patria en su nombre y representación de nuestros conciudadanos nos ofrecieron y entregaron dicha cantidad mas arriba expresada, la que nosotras altamente reconocidas aceptamos, y con la cual hemos pagado al Sr. Marcos A. Guzmán, la sagrada deuda contraída por nosotras en el penoso y luctuoso lapso que tuvo por término vernos arrebatar (cuando menos lo esperábamos) el único bien que nos quedaba en la tierra. Con la muerte de Manuel Duarte en el 1890 se extinguió la familia del Apóstol habiéndose legado a la posteridad un vivo ejemplo de patriotismo, abnegación y templanza.

No quedaría completo este estudio de la familia Duarte si omitiéramos a sus tíos maternos Mariano y José Prudencio Diez, que ayudaron generosamente a sus sobrinos en diferentes formas. Mariano Diez nació en Santa Cruz del Seibo el 24 de septiembre del 1794. Se trasladó a Caracas muy joven y allí vivió varios años. En el 1844, cuando Duarte fue a Caracas ayudó a su sobrino en sus actividades patrióticas. En el 1844 regresó al país trayéndole a la Junta Central Gubernativa una cantidad de dinero que como donativo voluntario le remitieron varios dominicanos residentes en V enezuela. . Duarte comenta así lo anterior: "Y mientras yo rendía en mi inicuo destierro gracias a la Divina Providencia porque me había permitido ver transcurrir el año sin menoscabo de esa independencia tan anhelada; en mi ciudad natal santificaban tan memorable día los galos cubriendo de sangre y lutos mis amantes Lares arrastrando cuatro nobles víctimas a infando suplicio".

El Apóstol permaneció algunos días más en Saint Thomas donde parece que se enteró de la expulsión de su familia y de la resolución de ésta de irse a residir a Venezuela porque se marchó a dicho país, el 6 de Abril de 1845 se reunió con ellos en el puerto de La Güayra. Todo parece indicar que Duarte volvió a Saint Thomas, por última vez, el 28 de Junio de 1864, para entrevistarse con Melitón Valverde, nombrado por el Gobierno Restaurador, al igual que él, Ministro Plenipotenciario de la Republica ante los gobiermos de Venezuela, Nueva Granada (Colombia) y Perú. Duarte permaneció esta vez varios días en Saint Thomas, y después de hacer algunas diligencias, se trasladó a Curazao a continuar sus gestiones diplomáticas. Saint Thomas ocupa un lugar señero en el vía crucis de Duarte y es posible que en más de una ocasión rememorara los amargos momentos que pasó en esa tierra que fuera testigo de su desesperación y su impotencia, al ver la Patria en manos de los enemigos de su Independencia.

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