Hediberto Pichardo.MA
Rafael Leónidas Trujillo Molina nació en San Cristóbal el 24 de octubre del 1891 época en que nuestro país era gobernado por la dictadura de Ulises Heureaux (Lilís), perteneciente a una familia clase media baja o de segunda categoría, que era el término utilizado en ese entonces.
Trujillo se formó como militar durante la primera
ocupación norteamericana a la Republica Dominicana (1916-1924), es decir que se
formó en una dictadura.
Llegó al poder por medio de un golpe de Estado
efectuado contra Horacio Vásquez el 23 de febrero de 1930, aunque para
maquillar su ascenso se procedió a organizar unas elecciones en las que él
participó como candidato junto al presidente provisional de ese entonces:
Rafael Estrella Ureña. Dichas elecciones fueron una farsa electoral, sus
contendientes se retiraron del proceso, los jueces de la junta electoral
renunciaron y fueron sustituidos por jueces a su favor y en los resultados
aparecieron más votos que electores. Para aquel tiempo en que ascendió al país,
todo el mundo estaba sintiendo en carne propia los efectos de la crisis mundial
de 1929 y los Estados Unidos procedió a apoyar el establecimiento de férreas
dictaduras en toda la América Latina.
Orígenes de sus padres.
El origen del padre de Trujillo (José Trujillo Valdez)
era español y su abuelo paterno (José Trujillo Monagas) había llegado a la isla
de Cuba proveniente de España en momentos en que esta nación caribeña era
gobernada por el imperio español y desde allí se trasladó a este país para la
época de la anexión a España, participando en la guerra de la restauración
contra los dominicanos.
Los orígenes de su madre (Julia Molina) eran
haitianos, pues sus antepasados habían llegado a nuestra nación en la época de
la ocupación haitiana encabezada por Boyer entre 1822-1844.
Causas de su asesinato.
En la vida se pueden cometer muchos errores. Algunos
pueden ser corregidos, enmendados e incluso no ocasionar daños mayores. En
ocasiones se puede pedir una disculpa y todo queda ahí. Otros pueden resultar
catastróficos e incluso provocar la muerte de quien lo comete.
En el béisbol se ha acuñado la frase de que después
del error viene el hit y resulta que en la mayoría de los casos así ocurre para
confirmar la frase que a veces parece una sentencia divina.
En política, los actores constantemente viven
cometiendo errores, muchos de los cuales traen consigo resultados devastadores.
Rafael Leónidas Trujillo Molina, que gobernó este país
con manos de hierro durante el periodo comprendido entre 1930-1961, ha sido
hasta el día de hoy el político de mayor éxito en todo el sentido de la
palabra, no escapa a la sentencia señalada en el párrafo anterior. Pese a ser
un individuo sumamente inteligente, pues ningún ignorante puede mantenerse en
el poder por tanto tiempo, enfrentando todo tipo de situaciones, desde
conspiraciones internas hasta intentos de invasión por socavar su régimen, cometió
errores.
Durante su largo mandato perdieron la vida miles de
personas opositores a su régimen, otros tantos debieron abandonar el país y
tomar el camino del exilio. Pero también se construyeron innumerables obras
materiales que todavía tenemos. Por lo que su régimen debe ser analizado en su
justa dimensión, señalando lo negativo, pero valorando las cosas positivas, que
tuvo muchas.
El jefe, como se hizo llamar, cometió múltiples
errores, algunos, pudo enmendarlos, pero otros provocaron su muerte o
ajusticiamiento.
En esta oportunidad señalaremos esos errores que
consideramos más transcendentales y que provocaron su muerte y caída de su
régimen.
1-Al cumplir el gobierno de Trujillo 25 años en el
poder (1955), el déspota procedió a organizar la feria de la paz y
confraternidad de los países del mundo libre, con la única finalidad de
celebrar sus 5 lustros en el poder. En dicha actividad se realizaron gastos
exorbitantes en la construcción de lujosos hoteles para alojar a los invitados
extranjeros y todo esto provocó una aguda crisis en la economía del país de la
cual no pudo restablecerse en el resto de la dictadura
2-El caso Galíndez.
Jesús de Galíndez Suárez, (Madrid,12 de octubre de
1915 - República Dominicana, 5 de junio de 1956) fue un escritor, jurista,
profesor y político español de ideología nacionalista vasca.
Fue raptado en Nueva York y enviado a la fuerza por
avión a República Dominicana donde fue asesinado por orden de Rafael Leónidas
Trujillo.
Su muerte provocó que el régimen identificara a dos
presuntos implicados en ese asesinato, dentro de ellos Octavio de la Maza
(Tavito), que era hermano de Antonio de la Maza, el cual fue asesinado para
ocultar pruebas contra el dictador, su hermano juró vengar su muerte y junto a
Juan Tomás Díaz planificaron la muerte del tirano.
3-Ramfis Trujillo en Estados Unidos.
Trujillo siempre pensó en que su hijo mimado y
favorito Ramfis podía ser su heredero natural tal como habían hecho los Somoza
en Nicaragua y los Duvalier en Haití. Para que esto se lograra según el
dictador su hijo debía estar preparado y para esto lo envió a EE. UU. con la
finalidad de prepararse.
A mediados de los años 50 lo envió a estudiar en la
Escuela de Estado Mayor del Ejército de los EE.UU. en Fort Leavenworth, Kansas.
Pero una vez allí este se dedicó a llevar la gran vida, a no cumplir con los
lineamientos del centro militar, sino más bien andar con mujeres muy famosas de
aquella época.
Esa inconducta del vástago del dictador provocó la
expulsión de dicha academia. Cuando regresa al país pone al jefe contra los
gringos. Precisamente contra el país que lo formó militarmente y que propició
su llegada y permanencia en el poder.
4-El intento de asesinato contra el presidente de
Venezuela Rómulo Betancourt. El mandatario de la nación sudamericana había dado
protección y apoyo a los exiliados dominicanos en contra de Trujillo. El
atentado fue fallido pero la OEA le impuso sanciones diplomáticas al gobierno
dominicano y esto ahondó aún más la crisis económica, pero también provocó un
rechazo de prácticamente todos los países del continente.
5-El retiro de Juan Tomas Díaz de las fuerzas armadas
y como jefe del destacamento de La Vega. Dicho retiro obedeció a que Díaz se
había negado a torturar a los expedicionarios que habían participado en la
invasión del 14 de junio de 1959 y que estaban detenidos en dicha ciudad. Este
junto a Antonio de la Maza son los principales organizadores del asesinato
contra Trujillo
6-El asesinato de las hermanas Mirabal. Realizado el
25 de noviembre de 1960 por sicarios del dictador. Dichas mujeres tenían gran
arraigo familiar y social en la región del Cibao. Su vil crimen provocó un gran
rechazo contra el régimen.
7-El triunfo de la revolución cubana y el arribo al
poder de Fidel Castro el 1 de enero de 1959, lo cual provocó que los Estados
Unidos trataran por todos los medios de facilitar salida del poder de Trujillo,
pero este se negó y esto provocó que el imperio norteamericano terminara
apoyando la conspiración que le segó su vida el 30 de mayo de 1961, cuando el
jefe se dirigía hacia la hacienda Fundación de San Cristóbal a satisfacer una
orgia sexual. A fin de cuentas, Estados Unidos entendía que continuando Trujillo
en el poder las condiciones estaban dadas para que se produjera una revolución
similar a la dirigida por Castro en Cuba.
Muerte de Trujillo
La primera tentativa fue el 17 de mayo de 1960.
Fracasó porque Trujillo salió a la autopista por la esquina de la cervecería y
los conjurados estaban esperándoles antes de ese cruce, más cerca de la ciudad
frente al teatro Agua y Luz.
Segunda tentativa el 24 de mayo: no se realizó por ser
el cumpleaños de Antonio de la Maza.
Tercer intento: 25 de mayo: no se realizó porque se le
informó que Trujillo viajo a San Cristóbal en la mañana.
El ajusticiamiento de Trujillo el 30 de mayo:
Trujillo acostumbraba a viajar a su hacienda Fundación
los miércoles, decidió viajar el martes.
Los complotados bloquearon la autopista y luego que
Trujillo pasó por la ciudad ganadera otro vehículo lo seguía. El tirano solo
iba con su chofer Zacarías de la Cruz.
Trujillo fue herido varias veces: tres por Antonio de
la Maza, el teniente Amado García Guerrero, Imbert Barreras y también Salvador
Estrella Sadhalá hicieron disparos contra el llamado jefe.
Se atribuye a Antonio de la Maza la frase: ¡Este
guaraguao ya no va a matar más pollitos!
Según el plan, luego de muerto el dictador, su cadáver
debía ser llevado a la casa de Juan Tomás Díaz, este debía comunicárselo al
general José René Román Fernández (secretario de la fuerza armada) el cual
debía apresar a los familiares de Trujillo y dar un golpe de Estado.
Dicho plan no se pudo ejecutar porque la noche en que
asesinaron a Trujillo, cuando su vehículo pasó por la ciudad ganadera, en un
restaurante se encontraba el general Arturo Espaillat(Navajita) quien había
sido director del SIM, junto a su esposa y este vio el carro de Trujillo y los
vehículos que lo perseguían, escuchó los disparos e inmediatamente cogió para
la casa de Román Fernández para decirle lo que había visto.
El general Román Fernández salió con el general
Espaillat. Cuando Juan Tomas Díaz intentó llamarle para decirle que Trujillo
había sido asesinado no se pudo comunicar con él.
Román Fernández exigía que para el poder dar el golpe
de Estado y apresar a los familiares del dictador tendría primero que ver el
cadáver.
En el lugar del crimen se dejaron pruebas que
comprometieron a los conspiradores: una pistola calibre 45 con las insignias de
Juan Tomás Díaz, un carro que se apagó y no quiso encender, una escopeta,
además de que el chofer de Trujillo, durante la balacera, se le olvido a los
ajusticiadores.
Gloria y honor a los ajusticiadores: Juan Tomas Díaz,
Modesto Díaz, Luis Amiama Tió, Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barreras,
Amado García Guerrero, Pedro Livio Cedeño, Tunty Cáceres Roberto Pastoriza,
salvador Estrella Sadhalá, Huáscar Tejera y otros. Aunque los hicieron por
motivos personales libraron al país del más cruel de sus gobernantes.
Fuentes consultadas:
Revista ECO: órgano del instituto de historia de la
UASD ( Vol. 6 Núm. 7 (1999) :
Notas sobre el 30 de mayo: Eduardo Antonio García
Vásquez (paginas 57-97)
Mis memorias sobre el ajusticiamiento de Trujillo, 30
de mayo 1961. Miguel Ángel Bissié.(páginas 98-128)
Relato de todo cuanto sé e hice con relación a la
conjura que culminó con la muerte de Trujillo. Manuel de Ovín Filpo (páginas
129-147)
Trujillo: Causa de una tiranía sin ejemplo. Juan Bosch


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