Nacho Vidal ingresando al juzgado de Valencia por el asesinato de un hombre (Guardia Civil)
El símbolo español de las películas para adultos permanecía preso desde el viernes. Compareció ante un juez de Valencia y fue puesto en libertad, pero quedó comprometido en la causa.
El actor de cine para adultos Nacho Vidal y los otros dos detenidos por un supuesto delito de homicidio imprudente han quedado en libertad provisional tras haber comparecido en el Juzgado de Instrucción número 2 de Xàtiva (Valencia), según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
Dicho
juzgado recibió el pasado viernes a los tres detenidos, dos varones y una
mujer, de edades comprendidas entre los 37 y 50 años y de nacionalidad española
y decretó para ellos la libertad provisional, de modo que todos ellos han
quedado investigados en una causa abierta por un delito de homicidio por
imprudencia ocurrido en julio de 2019 en la localidad valenciana de Enguera al
ofrecer veneno de sapo a una persona que murió durante un ritual.
Ignacio
Jordà González, más conocido por su nombre artístico Nacho Vidal (Mataró,
Barcelona, 1973) tiene una vivienda en esta localidad valenciana, donde pasó su
infancia con su familia.
La
denominada operación “Yurta” se inició tras el fallecimiento de una persona
durante la celebración de un ritual místico basado en la inhalación de los
vapores del veneno de un sapo de la especie ‘bufo alvarius’. Después de once
meses de investigación se ha podido constatar la existencia de un delito de
homicidio por imprudencia y un delito contra la salud pública, supuestamente
cometido por quienes organizaron y dirigieron el ritual.
Durante
ese rito murió el fotógrafo José Luis Abad.
También
se ha podido demostrar que se trataba de una actividad con fines terapéuticos o
medicinales que en sí misma suponía un serio riesgo para la salud pública, con
la que además se enmascaraba un ritual ancestral aparentemente inofensivo. Con
este reclamo se captaba personas fuertemente sugestionadas, en un estado de
vulnerabilidad o necesidad de sanar determinadas dolencias o adicciones, para
lo cual se ofrecían métodos alternativos a la medicina.
Nacho Vidal en una imagen de archivo. EFE/Javier Martínez Candela/Archivo
Abad
murió el pasado 28 de julio por la mañana, mientras era sometido al rito del
sapo bufo. El toledano sufrió un infarto de miocardio y dejó de existir en
apenas minutos. No obstante, pese a sus convulsiones y la asfixia del fotógrafo
ninguno de los tres detenidos le brindó auxilió o atinó a comunicarse con el
servicio de emergencias, según consta en la documentación en poder de la
Justicia. La familia de la víctima fue la que instó una profunda investigación.
La
dimetiltriptamina (DMT) está presente en la piel de esta especie de anfibio,
cuyas glándulas segregan esta sustancia que también se puede fumar y que, unido
a las alucinaciones, genera un gran estado de ansiedad y euforia. Los chamanes
de Amazonas vinculan el DMT con un viaje astral con poderes curativos durante
el cual quien lo práctica puede curar sus adicciones.
El
‘viaje’ dura entre 15 y 20 minutos y produce importantes alteraciones como
taquicardia, pérdida del conocimiento y, en ocasiones, la muerte. La sustancia
se encuentra solo en una de las 463 variedades de sapos que existen, el Bufo
Alvarius, y es extraída de sus glándulas parótidas. Durante la ceremonia, se
fuma cristalizada en una pipa con propósitos curativos o simplemente
alucinógenos.
Vidal,
quien se dedica a la pornografía desde los 21 años y tuvo una fructífera
carrera, asegura haber sometido a Abad a la ceremonia que resultó mortal de
manera desinteresada y por la amistad que le unía a una prima suya. Además,
aclaró que ya había realizado con anterioridad este tipo de prácticas, según
declararía él mismo ante la Guardia Civil.
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